Revuelta de los Comuneros (Nueva Granada)
El 16 de marzo de 1781, en Socorro, en el noreste de Colombia, la tendera Manuela Beltrán tore down publicó edictos sobre nuevos aumentos de impuestos y otros cambios que habrían reducido las ganancias de los colonos y aumentado los beneficios de España. Muchos otros pueblos de Nueva Granada comenzaron a tener los mismos sucesos con colonos furiosos por las condiciones del gobierno gobernante. Los residentes locales comenzaron a reunirse y elegir un cuerpo de funcionarios conocido como el común, o un comité central “para dirigir el movimiento”.”Los rebeldes se unificaron bajo el liderazgo de Juan Francisco Berbeo, una élite criolla. A pesar de provenir de las clases altas de la sociedad, los rebeldes introdujeron la idea de unificar y organizar las diversas clases sociales que comprendían a la gente común; el respaldo de las élites mejoró los esfuerzos de los rebeldes para unificarse, donde Berbeo consolidó de 10.000 a 20.000 tropas rebeldes para marchar sobre Bogotá, la capital. Una vez que los rebeldes derrotaron a los soldados rivales enviados desde Bogotá, llegaron a una ciudad un poco al norte de ella, donde los funcionarios españoles acordaron reunirse con los comuneros y firmar un acuerdo que establecía las condiciones y quejas de los rebeldes.Sin embargo, una vez que los rebeldes se disolvieron, los funcionarios del gobierno español firmaron un documento que descartaba el acuerdo sobre la base de que se les impuso. Una vez que llegaron los refuerzos para el gobierno español, fueron enviados a ciudades y pueblos rebeldes para hacer cumplir la implementación de los impuestos aumentados. José Antonio Galán, uno de los líderes de la rebelión, continuó con un pequeño número de rebeldes, incluido José Manuel Ortiz Manosalvas, pero fueron rápidamente derrotados y ejecutados, mientras que otros líderes de la rebelión fueron sentenciados a cadena perpetua por traición.
La influencia de la revuelta llevó a levantamientos similares, con un resultado similar, tan al norte como Mérida y Timotes, ahora en Venezuela, pero en ese momento bajo la jurisdicción del Virreinato de Nueva Granada.
La ciudad de Barinas derrotó a los Comuneros de los Andes venezolanos (1781), hecho que llevó al rey Carlos IV a otorgarle en 1790 el escudo de armas que hoy conserva la capital del estado, junto con el lema “muy noble y muy leal”.