Aprendizaje de laberintos complejos por peces
Las ratas, ratones y otros roedores son bien conocidos por su capacidad para resolver tareas espaciales complejas, como aprender a negociar laberintos complicados. Esta habilidad podría ser una adaptación al hábito fosilizador que caracteriza a la mayoría de los roedores, pero la escasez de datos de otros taxones nos impide confirmar esta hipótesis. Probamos a los guppies, Poecilia reticulata, por su capacidad para navegar por un laberinto que consta de seis uniones en T consecutivas. Los Guppies aprendieron a resolver el complejo laberinto, y tanto el número de errores como el tiempo de salida disminuyeron significativamente durante el período de entrenamiento, que consistió en 30 ensayos en 5 días de prueba. Los guppies alcanzaron el 68% de respuestas correctas en el primer día de entrenamiento y superaron el 80% de respuestas correctas en el último día de entrenamiento. No encontramos ninguna diferencia entre una condición en la que las señales de color hacían que cada unión en T fuera distinta de las demás y una condición sin tales señales. En contraste con la ventaja masculina en tareas espaciales observada previamente en guppies, encontramos una ventaja femenina pequeña pero significativa en el aprendizaje en laberinto complejo. Nuestro trabajo sugiere que la capacidad de aprender laberintos complejos no es una prerrogativa de aquellas especies que habitan en sistemas de madrigueras, como ratones y ratas, pero podría ser común en vertebrados.