Caso de trastorno bipolar estabilizado con éxito con clonazepam, valproato y litio después de numerosas recaídas durante 47 años
REPORTE DE CASO
Una mujer japonesa de 74 años había sido hospitalizada. Fue diagnosticada con trastorno bipolar I sin características psicóticas de acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (4a edn; DSM‐IV). Su historia familiar no tuvo hallazgos notables. Tenía hallux valgus que había sido tratado por un ortopedista. No tuvo problemas psiquiátricos antes de los 23 años. Se graduó de la escuela secundaria y trabajó en una oficina de la ciudad donde su trastorno comenzó como un estado maníaco a la edad de 23 años. Visitó la Universidad Médica de Fukushima y le diagnosticaron manía. La terapia electroconvulsiva fue eficaz en el primer episodio de manía. Posteriormente, sin embargo, los estados maníacos y depresivos reaparecieron con frecuencia a pesar de la farmacoterapia convencional y la terapia electroconvulsiva. A los 30 años fue ingresada por primera vez en el hospital debido a un estado maníaco grave. Posteriormente fue ingresada 24 veces por estado maníaco o depresivo, desde los 57 años hasta la actualidad (74 años). Revisamos sus 51 años de historia. Se casó a los 20 años cuando era ambulatoria y tuvo dos hijos. Pero se divorció a los 50 años debido a la inestabilidad de la enfermedad.
En estado maníaco, estaba marcadamente irritada, lo que resultó en un comportamiento agresivo no solo hacia los pacientes, sino también hacia el personal médico. El paciente también tuvo fuga de ideas, presión para seguir hablando y un aumento en la actividad dirigida a objetivos, como una gran cantidad de donación. Cuando estaba en estado maníaco, era necesario trasladarla a una habitación aislada.
En estado depresivo, tenía estado de ánimo deprimido, agitación psicomotora y retraso. En el pico del estado depresivo, a menudo se volvía estuporosa. She lay on her bed and was unable to feed herself, which resulted in treatment with i.v. infusion.
Se administraron antipsicóticos y antídotos contra los estados respectivos. Además, el litio solo, con carbamazepina o con valproato, se usó para estabilizar el estado de ánimo, pero las recurrencias continuaron y la llevaron a una hospitalización prolongada.
Investigamos retrospectivamente su medicación. La inyección intravenosa de haloperidol (5 mg) se utilizó en el estado maníaco, y la inyección intravenosa de clomipramina (25 mg) en el estado depresivo. Por lo tanto, utilizamos el número de inyecciones de haloperidol al mes como indicador del estado maníaco y el de clomipramina como indicador del estado depresivo en los últimos 10 años. El litio solo, con carbamazepina o con valproato no logró prevenir las recurrencias. Pero el aumento de litio con valproato y clonazepam mejoró los cambios de humor. A partir de entonces, risperidona adicional (1-2 mg/día) en estado hipomaníaco o milnacipran (15-25 mg/día) en estado ligeramente depresivo fue suficiente para controlar su estado de ánimo. En la actualidad ha podido ser dada de alta y su calidad de vida ha mejorado hasta el punto de que participa en la comunidad a la que antes pertenecía. La concentración sanguínea más reciente de los medicamentos es la siguiente: litio (400 mg/día) para 0.66 mEq/L, valproato (400 mg/día) para 34 µg/ml, clonazepam (1 mg/día) para 13,7 ng/ml, respectivamente.