Citas bíblicas para avivar tu fe

¿Sientes que tu fe decae? ¿Piensas que el camino es muy duro y que te cuesta continuar? ¡Recuerda que el Señor está contigo!

Sigue el ejemplo del profeta Habacuc. Cuando él vio al pueblo declinar espiritualmente, no se dejó llevar por el desánimo. Él recordó todo lo que Dios había hecho en ellos y por ellos, y fue delante del Padre en oración e intercesión pidiendo un avivamiento.

¡Recuerda todo lo que el Señor ha hecho por ti! Acércate a Dios en oración intensa, escucha su voz y permite que su Espíritu Santo renueve hoy tu fe.

¡Cobra ánimo! ¡Aviva tu fe!

1) Recuerda el poder del evangelio

Hebreos 11:1 dice que la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Y es por medio de la fe en Jesús que somos salvos. Puedes tener la absoluta seguridad de que si crees en Jesús de todo corazón, eres salvo: el poder de Dios ya ha obrado en ti.

La certeza de ser parte de la familia de Dios te da valor para seguir adelante cuando el camino se complica. ¡No hay nada ni nadie más poderoso que nuestro Dios! No te centres en las circunstancias o en tus propias debilidades. Céntrate en el inmenso poder transformador de Dios, en todo lo que él ha conseguido para ti, y sigue adelante con la fuerza que él te da, viviendo para su gloria.

2) Has sido perdonado

¡Dichosos aquellos a quienes se les perdonan las transgresiones y se les cubren los pecados! ¡Dichoso aquel cuyo pecado el Señor no tomará en cuenta!
(Romanos 4:7-8)

¡No dudes del perdón de Dios! No permitas que te oprima el sentido de culpabilidad por los pecados cometidos antes o aun después de conocer a Jesús. ¡Recuerda que eres dichoso, bienaventurado! ¡Has sido perdonado! Cuando Dios te mira, él ve a Jesús y su obra maravillosa en tu vida. Aun cuando caes, Dios está contigo y te sostiene, te guía y te aconseja para que endereces tu camino y andes dentro de su voluntad por siempre (Salmo 73:23-28). ¡Alaba a Dios! Agradécele por su perdón y por su gran amor para contigo.

3) ¡Cristo vive en ti!

Recuerda que no estás solo: Cristo vive en ti y te concede las fuerzas necesarias para vencer las tentaciones y vivir una vida que agrada y glorifica al Padre. ¡Puedes vivir una vida de obediencia! Mantén tu mente centrada en el gran poder de Jesús y en el inmenso amor que Dios tiene por ti. Permitió que su Hijo muriera en la cruz en tu lugar para que disfrutes de vida abundante y eterna con él. Así de grande e incomprensible es su amor.

4) Pide a Dios que aumente tu fe

Entonces los apóstoles le dijeron al Señor: ¡Aumenta nuestra fe!
(Lucas 17:5)

¿Hay algo que te parece demasiado difícil? Pídele a Dios que te aumente la fe. En Lucas 17, Jesús estaba enseñando a sus discípulos sobre el perdón, cómo debían perdonar de corazón a las personas aunque estas cometieran constantes ofensas contra ellos. Los discípulos se dieron cuenta de que la única manera de cumplir con lo que Jesús les decía era con una fe más viva, más sólida, más grande. Así que eso fue lo que le pidieron: ¡Aumenta nuestra fe!

¿Te encuentras frente a retos demasiado grandes y difíciles? Pide a Dios que te aumente la fe, que la encienda, que te ayude a tener la medida de fe necesaria para vencer y triunfar en medio de esa situación. ¡Él lo hará!

5) Tienes lo necesario para vencer

La fe que has puesto en Jesús como Señor y Salvador te capacita para vencer al mundo. ¡Eres una nueva persona! El Espíritu de Dios mora en ti y te ayuda a vencer las tentaciones y a sentir paz en medio de los problemas. Con Cristo puedes hacer frente a todas las circunstancias. No permitas que el enemigo te engañe haciéndote pensar que no puedes soportar la presión, la traición, el dolor… Recuerda en quién has depositado tu fe: ¡en el Rey de Reyes y Señor de Señores! La victoria ya es tuya por medio del Señor Jesucristo.

6) Aliméntate con la Palabra

Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo.
(Romanos 10:17)

¿Quieres que tu fe crezca, que se avive y se fortalezca? Aliméntate con la Palabra de Dios. Léela cada día, escucha mensajes bíblicos, sumérgete en la Palabra, asiste a los estudios bíblicos de tu iglesia. Recuerda lo que dice Hebreos 4:12:

Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4:12)

Dios te hablará y te afirmará por medio de su Palabra.

7) Cree y verás cosas maravillosas

¡No te rindas! Sigue creyendo y confiando en las promesas del Padre celestial. Si Jesús fue capaz de resucitar a Lázaro aunque ya llevaba cuatro días muerto y hasta comenzaba a oler mal, también puede obrar en ti, traer nueva vida a tu espíritu y renovar tu fe. ¡Sigue confiando en el poder de nuestro Dios! ¡Clama a Dios, busca su presencia cada día y espera! Volverás a sentir su abrazo y su poder en ti.

8) Estás equipado para la batalla

Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de todo eso, y esmérate en seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia y la humildad. Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado y por la cual hiciste aquella admirable declaración de fe delante de muchos testigos.
(1 Timoteo 6:11-12)

¿Recuerdas el día en que recibiste a Jesús como tu Señor y Salvador? ¡Cuánta gratitud, cuánta pasión por compartir ese gozo con otros! Todo lo demás, lo material, pasó a ser secundario. Pero con el tiempo puede que hayas notado una batalla dentro de ti. Por un lado, los deseos de la carne. Por otro lado, el deseo de seguir fiel a Dios y de cumplir siempre con su voluntad para tu vida.

¡Pon en orden tus prioridades! Sigue con tu mano aferrada a Dios y deja que él te guíe por el camino de la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia y la humildad. Él te ha capacitado para triunfar en su nombre. Afírmate en esa seguridad y renueva tu fe en el Señor.

9) Pon tu fe en acción

Puede que pienses que tu fe es muy pequeña y débil. No te preocupes, lo importante no es el tamaño de tu fe sino en quién está puesta. Si el Dios Todopoderoso, creador de los cielos y la tierra, es el objeto de tu fe, puedes tener la seguridad de que verás grandes cosas. Solo tienes que ponerla en práctica perseverando en oración.

Propón en tu corazón orar por la intervención de Dios en tus situaciones personales y en las de tu familia. Pídele sabiduría para orar dentro de su voluntad y espera. Verás el mover de Dios en tu vida y en la de los que amas y tu fe se fortalecerá.

10) Puedes hacer frente a los ataques del enemigo

Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno.
(Efesios 6:16)

Dios no te ha dejado indefenso frente a los ataques del maligno. ¡No! Tienes a su Espíritu Santo en ti, el gran poder del Señor y la armadura de Dios con la que puedes hacer frente a las artimañas del diablo (Efesios 6:10-11). La lucha es espiritual, es intensa. Pero el poder de Dios en ti es más grande que cualquier ataque del enemigo. ¡No lo olvides! Vengan de donde vengan las flechas de ataque, mantente alerta y usa el escudo de la fe. Vive la vida que Dios desea para ti y gana la victoria sobre el pecado.

11) Anhela que Dios te renueve

Crecerás en la fe cuando lo desees de todo corazón. Lleva ese anhelo en oración sincera delante del Padre, permite que Dios renueve tu espíritu. Pídele que examine tu corazón y tus motivaciones, que te muestre lo que debes cambiar. Comienza a tomar tus decisiones de acuerdo con lo que Dios desea para ti, no según tus propios deseos.

También ora al Padre para que te haga entender todo lo que hay en ti que sí le agrada. Recibe su amor y su afirmación en tu vida. Ora para que Dios te dé las fuerzas necesarias para vivir siempre dentro de su voluntad.

¿Qué es la fe?

Otros versículos sobre la fe:

  • Santiago 1:2-4

Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada.
(Santiago 1:2-4)

  • 1 Corintios 2:4-5

No les hablé ni les prediqué con palabras sabias y elocuentes, sino con demostración del poder del Espíritu, para que la fe de ustedes no dependiera de la sabiduría humana, sino del poder de Dios.
(1 Corintios 2:4-5)

  • Marcos 10:52

Puedes irte —le dijo Jesús—; tu fe te ha sanado. Al momento recobró la vista y empezó a seguir a Jesús por el camino.
(Marcos 10:52)

10 versículos bíblicos que hablan sobre la sanidad divina

  • 1 Corintios 13:2

Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada.
(1 Corintios 13:2)

  • Mateo 21:21

Les aseguro que, si tienen fe y no dudan —les respondió Jesús—, no solo harán lo que he hecho con la higuera, sino que podrán decirle a este monte: “¡Quítate de ahí y tírate al mar!”, y así se hará.
(Mateo 21:21)

  • 2 Corintios 5:7

Vivimos por fe, no por vista.
(2 Corintios 5:7)

  • Romanos 10:8-9

¿Qué afirma entonces? “La palabra está cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón”. Esta es la palabra de fe que predicamos: que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.
(Romanos 10:8-9)

  • Efesios 2:8-9

Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.
(Efesios 2:8-9)

El poder de la gracia de Dios

  • Juan 3:36

El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rechaza al Hijo no sabrá lo que es esa vida, sino que permanecerá bajo el castigo de Dios.
(Juan 3:36)

  • 2 Timoteo 4:7

He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe.
(2 Timoteo 4:7)

  • Juan 11:25-26

Entonces Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?
(Juan 11:25-26)

  • Gálatas 3:26

Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús…
(Gálatas 3:26)

  • 1 Juan 4:4

Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.
(1 Juan 4:4)

22 versículos sobre la fe

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