Clasificación Clavien – Dindo de complicaciones quirúrgicas: experiencia de cinco años

Antecedentes y objetivos: La falta de consenso sobre cómo definir y calificar los eventos adversos postoperatorios ha dificultado en gran medida la evaluación de los procedimientos quirúrgicos. Una nueva clasificación de complicaciones, iniciada en 1992, se actualizó hace 5 años. Se basa en el tipo de terapia necesaria para corregir la complicación. El principio de la clasificación era ser simple, reproducible, flexible y aplicable independientemente del origen cultural. El objetivo del presente estudio fue evaluar críticamente esta clasificación desde la perspectiva de su uso en la literatura, mediante la evaluación de la variabilidad interobservador en la calificación de escenarios de complicaciones complejas y correlacionar los grados de clasificación con la percepción de los pacientes, enfermeros y médicos.

Material y métodos: Se analizaron sistemáticamente los informes de la literatura utilizando el sistema de clasificación. A continuación, se prepararon 11 escenarios que ilustraban casos difíciles para llegar a un consenso sobre cómo clasificar las diversas complicaciones. En tercer lugar, 7 centros de diferentes continentes, después de haber utilizado rutinariamente la clasificación, evaluaron de forma independiente los 11 escenarios. Se realizó un análisis de concordancia para probar la exactitud y confiabilidad de la clasificación. Por último, la percepción de la gravedad se probó en pacientes, enfermeros y médicos mediante la presentación de 30 escenarios, cada uno de los cuales ilustraba un grado específico de complicación.

Resultados: Notamos un aumento dramático en el uso de la clasificación en muchos campos de la cirugía. Alrededor de la mitad de los estudios utilizaron la forma contratada, mientras que el resto utilizó la gama completa de calificaciones. Dos tercios de las publicaciones evitaron términos subjetivos como complicaciones menores o mayores. El estudio de 11 casos difíciles entre diversos centros reveló un alto grado de concordancia en la identificación y clasificación de las complicaciones (89% de acuerdo), y permitió una mejor definición de las situaciones poco claras. Cada grado de complicaciones se correlacionó significativamente con la percepción de los pacientes, enfermeras y médicos (P < 0,05, prueba de Kruskal-Wallis).

Conclusiones: Esta evaluación de 5 años proporciona pruebas sólidas de que la clasificación es válida y aplicable en todo el mundo en muchos campos de la cirugía. No se justifica ninguna modificación del principio general de clasificación en vista del uso en publicaciones y ensayos en curso. Los términos subjetivos, inexactos o confusos, como “menor o mayor”, deben eliminarse de la literatura quirúrgica.

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