Coach

La energía de la Nueva York de 1980 ha estado en la agenda de Coach desde la temporada pasada, y el director creativo Stuart Vevers aumentó el volumen de ese estado de ánimo para el otoño. Aunque la dirección de la invitación era Midtown, el ambiente en el show de hoy se sintió decididamente al sur de la calle 14 con pisos de concreto crudo, techos altos y una gran cantidad de personajes geniales en la primera fila: las modelos Paloma Elsesser y Coco Gordon Moore, el diseñador de joyas Malu Byrne y más.

En la pasarela, culottes de cuero y camisetas delanteras a presión en colores primarios vivos continuaron el estado de ánimo, al igual que los vestidos de día con estampado de garabatos con un estilo vintage de East Village. Más allá de la paleta gráfica, era la silueta—ancha en el hombro, ligeramente cónica a través del cuerpo—la que parecía más emblemática de cierta apariencia y actitud del centro de la ciudad. Los crombies y gabardinas de gran tamaño que se superponían y se diseñaban con calcetines gruesos y mocasines puntiagudos inmediatamente recordaron ese inolvidable retrato de estilo callejero de Madonna, una hipster poco conocida en ese entonces, capturado por Amy Arbus en St.Marks Place.

Si Madonna estaba en la casa en espíritu, también lo estaba otra famosa leyenda del centro: Jean-Michel Basquiat. Tanto su trabajo como su estilo personal han sido una fuente recurrente de inspiración para el mundo de la moda, y sus motivos más distintivos aparecen en piezas clave de esta colección, como una gabardina de cuero de gran tamaño, una bufanda de lana estilo manta y el nuevo bolso mini caja estructurado, todos artículos de trofeo con camiones cargados de atractivo Gen-Z (si hay un artista que los bebés de finales de los 90 reconocerán, es Basquiat.) Vevers trabajó con miembros de la familia de Basquiat, que supervisan su patrimonio, en la colaboración; las hermanas de la difunta artista, Jeanine y Lisane Basquiat, estuvieron en el público esta tarde; su adorable sobrina Jessica Kelly caminó por la pasarela, llevando la mencionada bolsa de Ti.

El espectáculo terminó con otro cameo inesperado, cuando Debbie Harry salió del backstage con sus tonos negros característicos y un suéter estampado con las pinceladas inconfundibles de Basquiat. Cuando las modelos dieron su última vuelta, Harry cantó una versión de “Dreaming”, una actuación que sin duda se convertirá en uno de los mejores actos sorpresa de la semana.

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