Concepto de clase
El concepto de clase
Más de 40,000 productos químicos se utilizan en el comercio. Se han estudiado menos del 10% de los efectos en la salud humana. Muchos productos químicos preocupantes se pueden agrupar en solo seis clases:
En lugar de evaluar los productos químicos uno a la vez, el enfoque de clase permite una toma de decisiones eficiente basada en grupos enteros de productos químicos. El concepto de clase puede ayudar a las empresas, los científicos y los legisladores a comprender mejor las propiedades de estos productos químicos, dónde se usan y cómo se pueden evitar.
Sustituciones lamentables
La aplicación del concepto de clase puede evitar “sustituciones lamentables”, en las que los productos químicos dañinos se eliminan gradualmente para ser reemplazados por sustancias relacionadas. Dado que productos químicos similares pueden tener un potencial de daño similar, debemos evitar este juego de “golpe tóxico a topo”.”
Implementando el” concepto de clase ”
En 2017, la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo de los Estados Unidos concedió nuestra petición conjunta para prohibir la clase de retardantes de llama organohalogenados en ciertos productos. El Comité Asesor de la Academia Nacional de Ciencias que estudió la petición afirmó el concepto de clase en 2019, afirmando que “El único enfoque práctico posible para un conjunto de productos químicos tan grandes como los retardantes de llama organohalogenados es un enfoque de clase.”
La Unión Europea ha hecho lo mismo, prohibiendo los pirorretardantes organohalogenados en vitrinas y soportes electrónicos, con efecto a partir de 2021.
Los minoristas como IKEA han adoptado el enfoque de clase a través de la eliminación gradual voluntaria de PFAS, retardantes de llama y metales pesados.
Es necesario? ¿Vale la pena? Existen alternativas más seguras?
Algunos de los productos químicos de estas clases cumplen funciones útiles. Al hacer algunas preguntas, podemos limitarlas a aplicaciones esenciales y reducir en gran medida el daño.
Es necesario?
Algunos productos químicos tóxicos son innecesarios. Por ejemplo, dado que el jabón en sí es más efectivo que los productos químicos antimicrobianos para el lavado de manos, los antimicrobianos no deben usarse para el lavado general de manos.
El rendimiento a menudo se puede lograr sin usar productos químicos dañinos. Por ejemplo, al detener los incendios con telas resistentes a las llamas, podemos evitar la necesidad de retardantes de llama en la espuma de muebles.
¿La función vale la pena?
Los PFAS pueden hacer que una alfombra sea resistente a las manchas, pero podrían causar daños a largo plazo a la salud de un bebé que gatea. ¿La función merece el riesgo?
¿Existen alternativas más seguras?
Los productos químicos nocivos a menudo se pueden reemplazar por materiales o diseños alternativos. Por ejemplo, las botellas de agua de vidrio o aluminio son una mejor opción que los plásticos, que pueden contener bisfenoles y ftalatos.
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Vea nuestros atractivos videos de cuatro minutos para obtener más información sobre cómo evitar las clases de productos químicos preocupantes.