Contemplativos en Acción
Había un viejo cartel de vocación jesuita que mostraba una caricatura de un jesuita con la nariz en un libro mientras aserraba un trozo de madera con los dientes de un cocodrilo. La copia decía: “Contemplativos en Acción.”Esta es una comprensión un poco caricaturesca de lo que significa ser un contemplativo en acción, donde su intelecto está involucrado mientras realiza el trabajo esencial del mundo. Ser un contemplativo en acción es más que eso, y ciertamente no es solo para intelectuales.
En los Evangelios escuchamos que Jesús y sus discípulos se retiraban de vez en cuando para orar. Su ministerio no parecía permitir mucho tiempo para ello, pero si no se hubieran detenido de vez en cuando, podrían haberse vuelto sin sentido en su actividad. Este es el primer paso para ser un contemplativo en acción: detenerse.
Detenerse le da la oportunidad de hacer una pausa y reconocer lo que ha estado haciendo, ya sea en su vida laboral o personal. No solo ofrece el descanso necesario, sino que también lo ayuda a pasar a la siguiente etapa: la reflexión.
” Los apóstoles se reunieron alrededor de Jesús y le informaron de todo lo que habían hecho y enseñado.”(Marcos 6: 30) Jesús y los apóstoles se hablaron unos a otros de todo lo que hacían, oraron y reflexionaron, y examinaron sus sentimientos y experiencias. Reflexionar sobre nuestras experiencias diarias y las principales nos ayuda a profundizar en su significado más profundo. Esto se puede hacer solo usando la oración de Examen, o se puede hacer en grupo compartiendo la fe intencionalmente. ¿Qué aprendiste de tus experiencias? ¿Qué podría estar diciéndote Dios a través de ellos?
A continuación, los discípulos volvieron a su ajetreado trabajo, como debemos hacer nosotros. La clave aquí es dejar que su tiempo de reflexión y oración informe cómo aborda su trabajo cuando regrese a él. Tal vez descubras la necesidad de más tiempo de descanso o que necesitas concentrarte más en una relación en particular. O tal vez descubras que la actividad que has estado haciendo se ha vuelto insatisfactoria. O tal vez descubras el deseo de revitalizar tu trabajo.
La contemplación nos permite renovar nuestras vidas activas (trabajo, juego, relaciones) para que todo lo que hacemos no se convierta en acción sin sentido, sino que glorifique a Dios. Luego el ciclo se repite. Su actividad lo lleva de nuevo a un momento de detenerse, descansar, reflexionar y luego regresar a la actividad con mayor celo y propósito. Ser un contemplativo en acción significa que su vida activa alimenta su vida contemplativa y su vida contemplativa informa su vida activa. Eso es lo que significa la contemplación en acción, y el ciclo nunca termina.