¿Cuáles Son las Causas de los Fallos de Comunicación?
La comunicación involucra a dos grupos, el emisor y el receptor, y cada uno tiene responsabilidades únicas para garantizar una comunicación efectiva. Si una de las partes o ambas no cumplen con sus responsabilidades, habrá una interrupción de la comunicación. Dado que la comunicación siempre involucra al menos a dos individuos distintos y estos individuos traen sus sesgos a cualquier conversación, la causa de cualquier falta de comunicación puede estar en el extremo emisor o receptor. Comprender las responsabilidades de cada participante puede ayudarnos a comprender las causas de los fallos de comunicación y cómo prevenirlos.
Asumiendo conocimiento
Lo que puede ser obvio para usted puede no serlo para su audiencia. Omitir detalles clave porque son obvios para usted puede dejar a su audiencia desconcertada y frustrada. A menudo es difícil saber qué conocimiento aporta una audiencia o individuo a una conversación, por lo que corresponde al orador dar una explicación exhaustiva mientras busca pistas de confusión en la audiencia. Además, es vital ser capaz de comprender y abordar completamente las preguntas. Escuchar la pregunta y comprender dónde se encuentra la confusión es una habilidad importante que muchas personas no poseen.
Lenguaje poco claro
Usar un lenguaje que no es apropiado para el sujeto o la audiencia es otro problema. Confiar en la jerga técnica podría confundir a tu audiencia. Además, el lenguaje vago o impreciso puede dejar a su audiencia con una comprensión incompleta o un malentendido de lo que está comunicando. Conseguir el equilibrio adecuado entre el lenguaje técnico necesario para transmitir el mensaje y el uso de un vocabulario que sea comprensible y estimulante para su audiencia es la clave.
No Receptividad
Como receptor de un mensaje, es importante ser receptivo al mensaje, para entender lo que el orador está tratando de comunicar. Esto puede complicarse por prejuicios personales o aburrimiento. Si no estamos de acuerdo con lo que se está comunicando, a veces es difícil escuchar con una mente abierta. Si un tema no es interesante, es fácil desconectar el altavoz y perder componentes clave del mensaje. La escucha activa, ya sea tomando notas en una audiencia o repitiendo y parafraseando en una conversación, puede ayudar a aumentar nuestra receptividad a un mensaje.
Ego excesivo
A veces, en una conversación, se vuelve más importante tener razón que entender lo que la otra persona está diciendo. En lugar de escuchar los puntos de la otra persona, pasamos el tiempo que está hablando pensando en cuál será nuestra respuesta. Cuando una conversación degenera en una discusión, es fácil caer en el uso de esta táctica. En lugar de entender las ideas de la otra persona, estamos totalmente concentrados en la mejor manera de imponerles las nuestras. La habilidad de separar tu ego de una discusión y escuchar a la otra persona es una habilidad difícil pero vital para una comunicación efectiva.