Diez maneras sencillas de evitar un ataque al corazón (y funcionan)
Las enfermedades cardiovasculares causan el 31,2% de las muertes en España, y entre estas, la mitad son provocadas por el infarto de miocardio: la principal causa de muerte entre hombres y mujeres en todo el mundo, según la Fundación Española del Corazón.
Los ataques del corazón se producen cuando se obstruyen las arterias coronarias, lo que provoca un riego sanguíneo insuficiente y, en pocos minutos, puede causar una muerte súbita cardíaca. No obstante los paros cardíacos pueden prevenirse, como te podrás imaginar, gracias a una alimentación y estilo de vida saludable. Pero no es tan complicado ni debes poner tu vida patas arriba para conseguir una salud de hierro ‘antiinfartos’, simplemente puedes seguir estos consejos para evitar un paro cardiaco o un derrame cerebral, y, ya de paso, adelgazar y mantenerte en forma. Cumple con tu propósito de Año Nuevo y llega al siguiente.
Toma probióticos
“Hoy en día tenemos más evidencias que nunca de que la microbioma intestinal, o la acumulación de miles de millones de bacterias en el tracto gastrointestinal, es necesaria para la digestión, fortalece el sistema inmune y regula la inflamación”, explica en ‘Fox News’ la periodista especializada en salud Julie Revelant. Sin embargo, los desequilibrios en los niveles de bacterias pueden derivar en problemas como el síndrome del intestino irritable (SII), la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) e incluso conducir a un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.
El infarto de miocardio es la principal causa de muerte entre hombres y mujeres en todo el mundo
No nos alarmemos. Según un estudio publicado en la revista ‘International Journal of Cardiology’, el consumo diario de probióticos y una dieta saludable pueden paliar estos efectos. Los investigadores descubrieron que los pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva que tomaron ‘Saccharomyces Boulardii’, un tipo de probiótico, mejoraron su malestar en poco tiempo.
Acaba con la apnea del sueño
Dormir lo suficiente reduce los niveles de adrenalina y cortisol y el riesgo de enfermedades del corazón. Pero no basta con acostarnos siete horas, hay que descansar bien y mantener unos hábitos de sueño saludables. Se calcula que la apnea afecta a más de 18 millones de personas en el mundo –según la Asociación Española del Sueño, sólo en nuestro país a alrededor de 2 millones la sufren, y el 80% de los pacientes no están diagnosticados–, y los problemas que derivan de esta no tienen que ver precisamente con que los ronquidos sean molestos, puede ser mortal.
“La apnea del sueño aumenta el riesgo de padecer hipertensión resistente o problemas de presión arterial alta que no responden al tratamiento habitual, incrementando significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas o un accidente cerebrovascular”, asegura en el mencionado medio el doctor Peter Jones, quien recomienda encarecidamente acudir al médico si percibimos que nosotros mismo o alguien cercano ronca por las noches.
Ve al dentista
Mantener una higiene bucodental adecuada, cepillándonos al menos tres veces al día y usando hilo dental, es fundamental para prevenir la enfermedad periodontal o la gingivitis, pero no solo eso: también puede salvarnos de sufrir un ataque al corazón. Igual que nuestro intestino, la boca contiene una serie de bacterias que pueden ser beneficiosas o dañinas para nuestros vasos sanguíneos y, en consecuencia, para el funcionamiento del corazón. Para asegurarnos de que nuestros dientes y encías están sanos debemos acudir al dentista al menos una vez al año para una revisión rutinaria. Revelant plantea un paso más y recomienda solicitar a nuestro médico que nos realice una prueba de ADN oral a través de la cual podemos concoer qué cantidad de cada tipo de bacteria hay en nuestra boca y establecer un tratamiento personalizado en función de los resultados.
Controla el colesterol
En un análisis de sangre común podemos observar el colesterol total –tanto ‘el bueno’ o HDL como ‘el malo’ conocido con las siglas LDL– y los triglicéridos. Sin embargo, si tenemos la presión arterial alta, diabetes, sobrepeso u obesidad, llevamos una dieta pobre, el sedentarismo marca nuestra vida o tenemos antecedentes familiares de enfermedades cardíacas, deberíamos solicitar que también nos analicen los niveles de partículas LDL y apolipoproteína B (apoB). “Son las dos mejores medidas para descubrir el verdadero riesgo de ataque al corazón relacionado con el colesterol malo”, asegura el doctor Jones.
Peligros en tu barriga cervecera
No tiene nada que ver con lucir un cuerpo 10 o conseguir entrar en aquellos pantalones vaqueros que hace tres temporadas que no nos entran, que también, pero debemos ser conscientes de que la grasa que se acumula en nuestro abdomen puede aumentar el peligro de sufrir un infarto.
Incluir comida picante en nuestra dieta reduce significativamente el riesgo de ataques al corazón
Así lo asegura un reciente estudio publicado en la revista ‘Annals of Internal Medicine’, según el cual las personas con barrigasa prominentes tienen más probabilidades de morir prematuramente por problemas cardíacos, incluso si su indice de masa corporal (IMC) es normal.
Revisa tus niveles de homocisteína
Si nuestra analítica muestra deficiencias en vitaminas B6 y B12 o en ácido fólico, podría ser señal de que tenemos altos niveles de homocisteína, un aminoácido azufrado importante en la sangre, lo que aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y sufrir daño arterial. Buenas noticias: un suplemento vitamínico del grupo B puede ser suficiente para paliar el problema.
Comidas extra sabrosas
Una investigación publicada en ‘The British Medical Journal’ asegura que incluir comida picante en nuestra dieta al menos una vez a la semana reduce significativamente el riesgo de morir como consecuencia de enfermedades del corazón, gracias a la capsaicina, el compuesto responsable de que la comida pique.
Sé positivo
“Ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacío tiene una gran cantidad de beneficios para nuestra salud, y la del corazón no es una excepción”, apunta Revelant. Y no lo dice al tuntún. Son muchos los estudios que han demostrado que mantener una actitud positiva puede ser la mejor coraza para luchar contra enfermedades como el cáncer. El último, uno realizado en la Universidad de Illinois según el cual las personas optimistas tienen mejor salud cardiovascular que las pesimistas.
Ansiedad y depresión, acaba con ellas
En la línea del anterior punto, cuidar de nuestro estado de ánimo es fundamental para evitar el riesfo de sufrir enfermedades como las de corazón. Diferentes investigaciones han concluido que la ansiedad y la depresión por sí mismas no son responsables del desarrollo de problemas cardíacos, pero pueden causar eventos cardiovasculares recurrentes –como los ataques de ansiedad o pánico– que a largo plazo pueden traducirse en un infarto real.
Ponte de pie
Y no lo debemos hacerlo para, como nos motivaba Teresa Rabal, jugar a ‘los oficios’, sino para cuidar de nuestro corazón y evitar la calcificación de las arterias coronarias y el daño arterial derivado del sedentarismo. Hay que ponerse de pie y caminar todo lo que podamos. Se recomienda un mínimo de media hora diaria, pero si no podemos, al menos tratemos de dar paseo de cuando en cuando para ir desde la mesa al servicio y estirar las piernas.