Domenico Cimarosa
Domenico Cimarosa nació en Averso, cerca de Nápoles, hijo de una familia muy pobre. A la edad de 12 años ingresó en el Conservatorio de Santa María de Loreto; estudió composición, voz y teclado y cantó partes importantes en espectáculos de conservatorio.
La primera ópera de Cimarosa, Le stravaganze del cante, se produjo en Nápoles en 1772, el año en que dejó el conservatorio. Desde entonces hasta 1780 se trasladó entre Roma y Nápoles, componiendo 15 óperas para las dos ciudades. En la década de 1780 era el rival de Giovanni Paisiello, hasta entonces el líder reconocido entre los compositores de ópera en Italia. Compañías italianas realizaron las obras de Cimarosa en Londres, París, Dresde y Viena.
En 1787 Cimarosa fue a San Petersburgo, Rusia, como compositor de cámara para Catalina II, uniéndose a una larga línea de italianos que habían ocupado puestos allí a principios del siglo XVIII. Compuso dos óperas, Cleopatra y La virgen del sole, así como cantatas y obras vocales e instrumentales durante su estancia. Su constitución no era lo suficientemente fuertes para resistir San El clima de Petersburgo, por lo que se fue en 1791 para convertirse en director de Leopoldo II en Viena. Fue aquí donde compuso su obra maestra, Il matrimonio segreto, en 1792. Esta, su obra más popular, es la única que permanece en el repertorio. Cuando Leopoldo II murió ese año, Cimarosa perdió su puesto y regresó a Nápoles, donde se convirtió en director de orquesta del rey y profesor de música de los niños reales en 1793. En 1799 fue encarcelado por expresar públicamente su simpatía por Napoleón. Después de su liberación, dejó Nápoles para ir a San Petersburgo; en el viaje murió en Venecia en 1801.
Además de 61 óperas, muchas de ellas con dos versiones, Cimarosa compuso oratorios, cantatas, obras vocales diversas y obras instrumentales, incluidas 32 sonatas para piano de un solo movimiento. Sus dotes melódicas impresionaron tanto a Goethe que escribió dos textos, Die Spröde y Die Bekehrte, para ser cantados con las melodías de Cimarosa.
El estilo operístico de Cimarosa es similar al de muchos de sus contemporáneos italianos. La velocidad a la que compuso se refleja en su tendencia a utilizar procedimientos convencionales. Sin embargo, escribió conjuntos dramáticos muy bien, tanto dentro de los actos como como finales, para llevar adelante la acción dramática. Aunque estos conjuntos no muestran la amplitud y profundidad de un Mozart, están muy por encima del estándar de la práctica contemporánea.