Epilepsia en niños con parálisis cerebral
Objetivos: Estudiar la aparición, los factores asociados, la naturaleza y el pronóstico de las convulsiones en niños con parálisis cerebral (PC).
Diseño: estudio prospectivo, descriptivo, hospitalario, de casos y controles.
Entorno: Hospitales universitarios de enseñanza de nivel terciario en el Distrito Médico de Al Ain, Emiratos Árabes Unidos.
Pacientes: Se estudiaron 56 niños con parálisis cerebral y convulsiones atendidos en las clínicas de desarrollo neurológico de los Hospitales Universitarios de Al Ain y Tawam durante el período 1997-1999 (grupo 1). También se estudiaron dos grupos de control de 35 niños con parálisis cerebral sin convulsiones (grupo 2) y 50 niños con convulsiones pero sin parálisis cerebral (grupo 3).
Resultados: La tetraplejía espástica fue el tipo más común de PC asociada con convulsiones, mientras que la diplejía espástica fue la variedad más común de PC en el grupo 2. La mayoría de los niños con parálisis cerebral tuvieron un inicio temprano de convulsiones dentro del primer año de vida, en comparación con aquellos sin parálisis cerebral. Los niños del grupo 1 tuvieron una mayor incidencia de convulsiones neonatales (42,9 vs.29,4% en el grupo 2 y 0% en el grupo 3), presencia de retraso significativo en el desarrollo (98,2 vs. 20,0% en el grupo 3), aparición de anomalías significativas en las imágenes cerebrales (94,6 vs. 19,6% en el grupo 3) y necesidad de usar más de 1 medicamento antiepiléptico (66,1 vs. 30,0% en el grupo 3). Más de la mitad de los niños del grupo de estudio presentaron crisis tónico-clónicas generalizadas; el electroencefalograma (EEG) mostró descargas epilépticas focales con o sin generalización secundaria en el 39,3%. El resultado general de las crisis epilépticas en niños con PC fue pobre, necesitando un curso prolongado de medicamentos anticonvulsivos, politerapia y una mayor incidencia de crisis epilépticas refractarias e ingresos por estado epiléptico en comparación con el grupo de control.
Conclusiones: La parálisis cerebral se asocia con una mayor incidencia de trastornos convulsivos, que, en su mayoría, tiene su inicio en el período neonatal; las imágenes cerebrales mostraron patología anormal en los niños más afectados, lo que posiblemente explica la tendencia a convulsiones más refractarias en estos niños.