Hospital de bicis
Eliminar el óxido usando vinagre es una opción más cómoda y efectiva que hacerlo de manera mecánica con lijas o cepillos de púas. No tiene por qué ser vinagre, podemos usar cualquier otro ácido, pero el vinagre es suficientemente ácido y barato. También podemos encontrar esta solución con bebidas de cola, que suelen contener ácido fosfórico; pero es más caro y menos ácido. Por contra, el vinagre nos perfuma la zona donde lo vayamos a hacer, pero si es poca cantidad(ya que se desprenden gases inflamables) podemos cubrirlo y así evitar el olor.
No basta con aplicar el vinagre con un trapo. Debemos sumergir la pieza oxidada en vinagre durante tiempo suficiente. El tiempo depende de la acidez del vinagre, de las veces que lo hayamos usado, del grado de oxidación del hierro…Dejándolo unas 8h, toda una noche, es suficiente. Una vez que sacamos la pieza oxidada del vinagre vemos que está exactamente igual que cuando la metimos, sigue con aspecto de estar oxidada. Esto es así en apariencia, pero el óxido se encuentra totalmente desprendido del resto del metal. Podemos cepillarlo debajo del grifo o, como yo prefiero, limpiar la pieza con una máquina de agua a presión tipo Karcher; de esta forma podemos limpiar rápidamente todos los huecos de la pieza.
Una vez tenemos la pieza limpia debemos ser muy rápidos. Hemos reducido el hierro oxidado a hierro (II), muy inestable. En cuestión de dos o tres minutos empezará a volverse amarillento para acabar todavía más oxidado que antes. Para parar esta nueva oxidación debemos usar un repelente de la humedad, lo secamos y rociamos con WD-40, o cualquier otro aceite tipo 3 en 1 que repela dicha humedad. La oxidación se para, podemos limpiar y sacar brillo a la pieza, y en condiciones normales no volverá a oxidarse.
Aquí unos ejemplos del antes y el después:
Aquí los fundamentos químicos del proceso: https://es.wikipedia.org/wiki/Reducci%C3%B3n-oxidaci%C3%B3n#Oxidaci.C3.B3n