Insuficiencia Cardíaca Congestiva y Defectos Congénitos
El propósito del corazón es bombear sangre al cuerpo para nutrirlo. La insuficiencia cardíaca no significa que el corazón haya dejado de funcionar, sino que simplemente no es capaz de bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del cuerpo.
Esto puede ocurrir cuando el músculo cardíaco en sí está más débil de lo normal o cuando hay un defecto en el corazón que impide que la sangre salga a la circulación. Cuando el corazón no circula la sangre normalmente, los riñones reciben menos sangre y filtran menos líquido de la circulación hacia la orina. El líquido adicional en la circulación se acumula en los pulmones, el hígado, alrededor de los ojos y, a veces, en las piernas. Esto se llama “congestión” de líquidos y, por esta razón, los médicos lo llaman “insuficiencia cardíaca congestiva”.
Los niños mayores con insuficiencia cardíaca congestiva pueden estar cansados y tener problemas para mantenerse al día con sus amigos en el patio de recreo, mientras que los bebés con insuficiencia cardíaca congestiva generalmente tienen síntomas durante la alimentación, como sudoración, respiración rápida y fatiga. Además, es posible que estos bebés no ganen bien de peso. El líquido también se puede acumular en el resto del cuerpo, causando hinchazón de los pies, las piernas o alrededor de los ojos.
Los medicamentos llamados diuréticos, por ejemplo, furosemida (Lasix), ayudan a eliminar el exceso de líquido al aumentar la micción. Para ayudar al cuerpo a deshacerse del líquido extra, a veces puede ser necesaria una dieta baja en sal. A veces, se pueden usar medicamentos para relajar los vasos sanguíneos (captopril, enalapril) para facilitar que el corazón bombee. Otro medicamento, la digoxina, puede ayudar a que el corazón se contraiga con más fuerza.