La depresión está vinculada a la enfermedad celíaca

Los sentimientos de fatiga, sentirse abrumado, tristeza crónica, ansiedad, insomnio, depresión e incluso dolores de cabeza son demasiado comunes entre las personas con enfermedad celíaca. Durante mucho tiempo, la lista de síntomas de la enfermedad celíaca solo incluyó los problemas gastrointestinales obvios, como dolor abdominal y diarrea, así como las consecuencias de la malabsorción, como anemia u osteoporosis. Todavía no se sabía que la depresión esté relacionada con la enfermedad celíaca.

En los últimos años, sin embargo, a medida que los investigadores revelan las conexiones entre nuestro cerebro y nuestro intestino, ha aumentado el interés en cómo la enfermedad celíaca puede influir en el sistema nervioso. Al revisar los síntomas de los pacientes, surgió la pregunta de si la depresión podría estar relacionada con la enfermedad celíaca. Resulta que la enfermedad celíaca no solo perturba el tracto digestivo, sino que también se extiende a problemas psicológicos.

Los médicos han aprendido que los trastornos del estado de ánimo, como la ansiedad y la depresión, están relacionados con la enfermedad celíaca y pueden influir en la calidad de vida del paciente y en su adherencia a una dieta sin gluten.

¿Cómo se vinculan las dos condiciones?

A pesar de los resultados algo contradictorios sobre exactamente qué trastornos psicológicos están asociados con la enfermedad celíaca, hay un consenso entre los investigadores de que la ansiedad y los síntomas depresivos son una característica común en los pacientes con enfermedad celíaca. Tal vez tener una dieta restrictiva podría ser suficiente para desencadenar una sensación de desesperanza en algunos pacientes, pero resulta que hay más que eso!

¿Cómo desencadena la enfermedad celíaca la ansiedad y la depresión?

Los mecanismos para explicar cómo la enfermedad celíaca aumenta el riesgo de problemas psiquiátricos no se entienden completamente, pero probablemente sea una consecuencia de la desnutrición que afecta el funcionamiento normal del cerebro. Las explicaciones tentativas incluyen la falta de aminoácido triptófano y vitamina B, así como un flujo sanguíneo deficiente al cerebro. Estos pacientes pueden estar menos equipados para lidiar con todos los problemas y limitaciones asociados con esta afección, lo que los hace más propensos a problemas psicológicos.

¿Qué implicaciones pueden tener estos trastornos del estado de ánimo en un paciente con enfermedad celíaca?

La ansiedad y la depresión pueden ser preocupantes para cualquier paciente, pero para aquellos con enfermedad celíaca, estas afecciones pueden desencadenar un círculo vicioso preocupante del que puede ser difícil salir. Los estudios han demostrado que la depresión es una de las principales razones por las que los pacientes ignoran su dieta sin gluten, solo empeoran su condición y agravan sus sentimientos de ansiedad y depresión.

¿Puede una dieta sin gluten mejorar los síntomas?

Lamentablemente, en esta ocasión, una dieta sin gluten puede no ser suficiente para aliviar los síntomas de la depresión en algunos pacientes. De hecho, muchos estudios no han encontrado mejoras después del diagnóstico y comenzar una dieta sin gluten, aunque sugieren que las razones para sentirse deprimido pueden cambiar. Puede que ya no sea una consecuencia de la malnutrición, sino que se deba a posibles restricciones financieras y sociales impuestas por el nuevo régimen.

¿Qué más se puede hacer para romper este círculo vicioso?

Para los pacientes en los que una dieta sin gluten no logra reducir los síntomas, el apoyo psicológico y el asesoramiento pueden ser el camino a seguir. El apoyo y la participación de la familia son importantes. Este enfoque no solo combate los sentimientos de depresión, sino que, a largo plazo, también ayudará a los pacientes a seguir una dieta sin gluten.

Conclusión

El mensaje principal de estos estudios es cuán peligrosos pueden ser los sentimientos de ansiedad y depresión para un paciente con enfermedad celíaca, lo que a menudo resulta en una actitud descuidada e imprudente hacia su dieta. Si no se trata, esto podría salirse fácilmente de control, aumentando significativamente el riesgo de problemas a largo plazo, incluido el desarrollo de otras afecciones como diabetes o incluso cáncer.

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