La Devoción de un Líder Obrero a Su Causa

“Creo que sé cuál es mi misión”, dice el líder obrero César Chávez en “El último Ayuno de César.””Corregir los errores cometidos contra los trabajadores durante 100 años.”Chávez (1927-1993), uno de los fundadores de lo que se convirtió en la Unión de Campesinos, enfrentó adversidades brutales, como lo demuestra este convincente documental.

La película enmarca la vida de Chávez en torno a los 36 días de ayuno de agua a los que se sometió en 1988 para llamar la atención sobre el impacto de los pesticidas de los productores de uva y lechuga en los trabajadores agrícolas y sus hijos (cáncer, defectos de nacimiento, él y otros afirmaron). Vio su ayuno como penitencia por no haber hecho lo suficiente por estos trabajadores en el Valle de San Joaquín en California. Pero Chávez, un organizador incansable y carismático, había hecho mucho: dirigir a los trabajadores de la uva en huelga en una marcha de protesta de Delano a Sacramento en 1966; orquestar boicots para aumentar los salarios de los trabajadores a principios de la década de 1970; y, con la ayuda de Jerry Brown, el gobernador de California en ese momento, impulsó la Ley de Relaciones Laborales Agrícolas de California en 1975.

En su haber, la película no ignora el faccionalismo que entorpeció su movimiento; las tendencias mesiánicas de Chávez (hubo otros ayunos, en 1968, 1970 y 1972); y su desposeído de las técnicas de terapia de grupo de Synanon, un programa de rehabilitación de drogas que más tarde se convirtió en un culto notorio.

Una secretaria de prensa de Chávez, Lorena Parlee, quien murió en 2006, filmó gran parte de las imágenes íntimas aquí; las imágenes de él como un niño de 61 años postrado en cama son devastadoras. Un Chávez demacrado reanudó su cruzada después, solo para morir cinco años después. Los trabajadores agrícolas siguen luchando.

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