La dieta occidental, el estilo de vida y las enfermedades de la civilización
Pedro Carrera-Bastos1, Maelan Fontes-Villalba1, James H O’Keefe2, Staffan Lindeberg1, Loren Cordain3
1 Centro de Investigación de Atención Primaria de la Salud, Facultad de Medicina de la Universidad de Lund, Malmö, Suecia; 2Mid America Heart and Vascular Institute/Universidad de Missouri-Kansas City, Kansas City, Missouri, EE.UU.; 3Department of Health and Exercise Science, Colorado State University, Fort Collins, Colorado, EE.UU.
Resumen: Se reconoce cada vez más que ciertos cambios fundamentales en la dieta y el estilo de vida que ocurrieron después de la Revolución Neolítica, y especialmente después de la Revolución Industrial y la Era Moderna, son demasiado recientes, en una escala de tiempo evolutiva, para que el genoma humano se haya adaptado completamente. Este desajuste entre nuestra fisiología antigua y la dieta y el estilo de vida occidentales subyace a muchas de las llamadas enfermedades de la civilización, incluidas las enfermedades coronarias, la obesidad, la hipertensión, la diabetes tipo 2, el cáncer de células epiteliales, las enfermedades autoinmunes y la osteoporosis, que son raras o prácticamente ausentes en los cazadores-recolectores y otras poblaciones no occidentalizadas. Por lo tanto, se propone que la adopción de una dieta y un estilo de vida que imiten las características beneficiosas del entorno preagrícola sea una estrategia eficaz para reducir el riesgo de enfermedades degenerativas crónicas.
Palabras clave: Paleolítico, cazadores–recolectores, Revolución Agrícola, dieta moderna, estilo de vida occidental y enfermedades