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Cifosis

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La columna vertebral de todo el mundo se curva ligeramente hacia delante en la parte superior de la espalda. Esto es normal y ayuda a que la columna vertebral sostenga la cabeza y la parte superior del cuerpo.

De todos modos, a veces, la espalda de una persona puede estar demasiado arqueada hacia adelante. Esta afección se llama cifosis y en algunas ocasiones puede ocasionar problemas.

¿Qué es la cifosis?

La cifosis es una enfermedad bastante frecuente en los adolescentes y los adultos. Generalmente, cuando una persona tiene cifosis, no la podrá detectar y no tendrá ningún problema. Sin embargo, en algunos casos, las personas con cifosis pueden desarrollar una joroba o “chepa” en la espalda, sentirse molestos, así como tener dolores y/o dificultades para respirar.

Cifosis

La columna vertebral está compuesta por una tira continua de pequeños huesos en forma de disco, llamados “vértebras”, unidos entre sí por ligamentos. Las vértebras de la parte media y superior de la espalda se llaman vértebras torácicas. Están unidas a las costillas. En la gente con cifosis, las vértebras torácicas son las que se arquean demasiado hacia adelante.

Hay varios tipos distintos de cifosis que pueden afectar a los adolescentes, cada uno con sus propias causas:

  • La cifosis postural es el tipo más frecuente de cifosis. Suele aparecer durante la adolescencia y es más común en las niñas que en los niños. La cifosis postural puede ocurrir cuando los huesos y los músculos se desarrollan de forma anormal durante el proceso de crecimiento, posiblemente debido a la adopción de posturas incorrectas y/o a la tendencia a no ir con la espalda derecha. La cifosis postural puede causar leves molestias, pero es muy raro que provoque problemas en etapas posteriores de la vida.
  • La enfermedad de Scheuermann suele aparecer en la adolescencia, sobre todo durante la etapa del estirón. Nadie conoce sus causas, pero se suele dar por familias. La enfermedad de Scheuermann hace que las vértebras tengan forma de cuña, en vez de la típica forma rectangular, cuando se mira la columna vertebral de perfil en una radiografía. Es un poco más frecuente en los niños que en las niñas.
  • La cifosis congénita ocurre cuando la columna vertebral se desarrolla de forma anormal mientras el bebé se encuentra dentro del vientre materno. Lo que ocurre es que se fusionan varias vértebras y/o que los huesos se forman incorrectamente. Este tipo de cifosis se puede agravar a medida que el niño crece. Es importante evaluar a un bebé o a un niño con cifosis congénita porque pueden presentar otros problemas traumatológicos, así como anormalidades en el corazón o en los riñones.

¿Cómo se diagnostica?

A veces, la cifosis es fácil de detectar. La persona puede tener joroba o su espalda puede estar más arqueada de lo normal. Pero muchos casos de cifosis son difíciles de detectar porque no se reconocen a simple vista.

Para saber si tienes cifosis, el médico te examinará la espalda y es posible que te pida que flexiones el tronco hacia adelante desde la cintura. A veces, la cifosis es más fácil de detectar cuando se adopta esta postura. Es posible que también te pida que te acuestes, lo que le podría ayudar a diagnosticar una cifosis postural.

Si al médico le parece que una persona tiene cifosis, lo más probable es que solicite que le hagan radiografías de la columna. El médico observará detenidamente esas radiografías, lo que le ayudará a determinar si su paciente padece una cifosis y el tipo de cifosis que padece. Para saber si la cifosis afecta a la respiración del paciente, el médico le pedirá que respire hondo para escuchar el sonido de sus pulmones.

Si el médico cree que el problema de su paciente podría obedecer a otra causa distinta de una cifosis, es posible que solicite una resonancia magnética (RM) de espalda.

¿Qué hacen los médicos?

Generalmente, los médicos no necesitan aplicar ningún tratamiento cuando detectan una cifosis. Aquellos casos donde parece que el arqueamiento de la espalda no va a ocasionar ningún problema solo requerirán controles regulares para asegurarse de que el arqueamiento no se agrava. En la mayoría de los casos, el arqueamiento deja de empeorar en cuanto la persona finaliza la etapa de crecimiento.

A veces el médico puede derivar a un paciente suyo con cifosis a un traumatólogo, un médico especializado en el tratamiento de afecciones médicas relacionadas con los huesos. Este le examinará la columna para determinar la causa y la gravedad de la cifosis y, si fuera necesario, le recomendaría un tratamiento. La cifosis congénita puede requerir que operen al paciente a una edad temprana para corregirla (si tienes este tipo de cifosis, es muy probable que ya te hayan operado).

Los tipos de cifosis que pueden aparecer durante la adolescencia generalmente se pueden tratar con métodos más sencillos que una operación. El tratamiento variará según el tipo de cifosis y su gravedad:

  • En la cifosis postural es posible que el médico recomiende fisioterapia o ejercicios de fuerza para reducir el dolor y mejorar la postura. Tu médico te puede recomendar ejercicios de fortalecimiento de los músculos de la espalda, para que sostengan mejor tu columna vertebral. Dormir en un colchón duro también puede ayudar.
  • Enfermedad de Scheuermann. Si presentas un caso moderado de esta enfermedad, es posible que el traumatólogo te sugiera el uso de un corsé ortopédico para corregir el arqueamiento de la columna y proporcionar sostén a tu espalda, mientras vayas creciendo. Si necesitaras un corsé, el traumatólogo te ayudará a decidir cuál es el más adecuado para ti.

Posiblemente oigas hablar a tu traumatólogo sobre el ángulo de Cobb. El ángulo de Cobb es una medida de la curvatura de la columna vertebral expresada en grados; la cantidad de grados del arqueamiento ayuda al médico a determinar qué tipo de tratamiento se debe aplicar en cada caso.

Si el arqueamiento de la columna es muy pronunciado (75 grados o superior) o si provoca dolor o dificultades para respirar, es posible que el traumatólogo recomiende una operación. La cirugía también es el último recurso cuando la espalda no responde a otros tratamientos. La mayor parte del arqueamiento ocasionado por la enfermedad de Scheuermann se puede corregir mediante una operación.

Corsés ortopédicos

Algunos corsés están diseñados para corregir la postura. Otros son una especie de chaqueta más rígida o “faja”, diseñados para fortalecer la columna mientras va creciendo la persona. Un corsé que se utiliza a menudo en el tratamiento de la enfermedad de Scheuermann es el corsé toracolumbosacro, o TSLO (por sus siglas en inglés). Se puede llevar debajo de la ropa.

Algunas personas con cifosis utilizan el corsé ortopédico solo por la noche mientras que otras necesitan utilizarlo durante 18 a 20 horas al día. Todo depende del tipo de cifosis que padezcan y de la función que desempeñe el corsé. La mayoría de los adolescentes utilizan corsés ortopédicos para la espalda hasta que dejan de crecer, cuando es difícil que la cifosis siga avanzando.

Al igual que con los aparatos de ortodoncia, el corsé ortopédico para la espalda puede resultar un poco incómodo al principio. Pero la gente se acaba acostumbrando y, como ocurre con los aparatos de ortodoncia, se debe utilizar siguiendo las indicaciones del médico porque, de lo contrario, no cumplirán su función correctamente. Generalmente, los corsés ortopédicos para la espalda no limitan las actividades de una persona; además, los investigadores están desarrollando formas mejoradas y cada vez más ligeras.

Cirugía

Muy pocas veces la cifosis requiere acudir a la cirugía. Cuando es necesario hacer una operación, lo más probable es que el cirujano lleve a cabo una fusión vertebral. En este procedimiento se unen dos o más de las vértebras afectadas para reducir el arqueamiento de la columna vertebral.

La fusión vertebral implica unir nuevos trozos de hueso a las vértebras mediante varillas de metal y tornillos, que se colocan profundamente bajo los músculos de la columna para corregir la cifosis. Al cabo de entre unos pocos meses y un año de la operación, los huesos crecen juntos, o se “fusionan”. Las piezas metálicas se suelen dejar en su lugar, porque no se notan ni generan ningún tipo de molestia. Los médicos suelen recetar sesiones de fisioterapia después de la intervención para que la espalda se recupere más deprisa.

Cada caso es distinto, pero la mayoría de los adolescentes que se someten a una intervención quirúrgica para corregir una cifosis pueden ponerse de pie y caminar al cabo de uno o dos días de la intervención y suelen volver a sus casas en el transcurso de una semana. La mayoría vuelven a ir a sus centros de estudio en un plazo máximo de un mes y pueden retomar algunas de sus actividades al cabo de 3 o 4 meses.

Al cabo de entre 6 meses y un año, la mayoría de la gente puede retomar todas sus actividades habituales, ya que sus huesos deberían estar completamente fusionados al cabo de, como máximo, un año. Es importante que los adolescentes que se hayan sometido a este tipo de intervención hablen con su médico y sus padres sobre las actividades que pueden practicar mientras se les cura la espalda.

No es necesario que la cifosis te detenga. Las personas con cifosis pueden llevar vidas normales y activas y, generalmente, no tienen que limitar sus actividades. Por lo tanto, si padeces cifosis, haz aquello con lo que disfrutes y practica tus actividades y deportes favoritos (¡siempre que no te estés recuperando de una operación!).

Revisado por: Suken A. Shah, MD
Fecha de la revisión: enero de 2014

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