Las siempre vigentes recetas de la abuela
Vinculadas muchas veces al campo, las mágicas recetas de la abuelita son todavía muy utilizadas en nuestros días. Cataplasmas, yerbas medicinales, trucos caseros para aliviar el ‘aire’ y el ’empacho’, infusiones naturales, baños de barro son parte del “recetario” de las antiguas madres y abuelas que buscaban en la “Madre Tierra” las fórmulas para contrarrestar los males del cuerpo.
En el centro de la ciudad, nuestras entrevistadas fueron desentrañando con facilidad el mapa de elixeres creados por las nonas de antaño. Dolores de huesos, malestares estomacales, molestias lumbares quedaban reducidos a su mínima expresión al entrar en contacto con la mano chamánica de las ancianas y sabias mujeres que tanto en los pueblos como en las ciudades iban trasmitiendo de generación en generación la magia que emergía desde las profundidades de la “Pachamama”.
La antigua comerciante de la Feria Santa Blanca, María González, recordó algunos de los truquitos que le vio alguna vez a su abuela. “El barro se colocaba como cataplasma sobre la espalda para curar los dolores de riñones, este secreto me lo enseñó mi abuela. Un matecito de manzanilla también era bueno para los riñones y la circulación de la sangre”.
VASO Y VELA
La vendedora de lentes de sol, Isabel Mauras Sotomayor (60), cree que uno de los secretos más eficaces lo constituyen el “Vaso elimina aires” y la friega de limón. “Cuando teníamos aire en la espalda, mi mami cuando chica nos ponía un vaso con una velita pasa sacar el aire, entonces la carne se inflaba, porque el vaso como que extraía el aire. Daba resultados, nos hacía bien. Hasta los 15 años, usamos el método. A mi hija también le aplique lo mismo. Otro secreto de abuela de campo es la friega de limón para los dolores de la colita, se parten limones y se calientan, y se pasa por sobre la colita. Mis familiares son de Curicó, antes los consultorios quedaban muy lejos, entonces se echaba mano a estas recetas naturistas. Para el dolor de guatita, mi mamá conseguía yerba Luisa, y doraba un pan bien quemado, y lo echaba dentro de la poción, que llevaba también paico, menta, en el fondo era como la sulfa de carbón”.
Juana Mamani, es una comerciante boliviana de 67 años, quien llegó a vivir a Arica a los 17. Todavía conserva sus raíces andinas, que se traducen en antídotos naturales para aliviar las enfermedades. “La hoja de coca y la manzanilla son excelentes para el dolor de estómago. Para la gripe y la flema nos daban yareta y harto limón. La hoja de eucaliptos, se hace hervir en una olla y el vapor se inhala. También se puede beber, se echa en un jarro de porcelana el eucaliptos con agua hirviendo y se ingiere con azúcar quemada”.
CONTRA EL CATARRO
La comerciante Estefanía Aleluya (47) tiene las claves para conservar saludable la piel y combatir las alergias. “Me acuerdo de la sábila con miel de abeja. Era buena para un montón de cosas, como el cuidado de la piel y las alergias, en realidad tiene bastantes propiedades. Otra, buena fórmula es el cuesco de la palta seca, éste se ralla y se hace una infusión con miel. Esto sirve para contrarrestar el catarro”.
La vendedora de artículos de decoración, Carla Rica (31), llegó desde Neuquen Capital, ciudad argentina ubicada en la Patagonia, llegó a Chile hace cinco años. Desde hace seis meses se encuentra en Arica.
“El cultivo del maté, la hierba argentina, se da en una tierra (Argentina) donde adquiere otro tipo de propiedades a la hierba brasileña o chilena. Tiene vitamina C, vitamina B1, principios curativos, algunos chamanes argentinos la recomiendan incluso para la circulación. Yo sé que mucha gente cree que el maté provoca problemas de hipertensión, pero el secreto está en la preparación, en el agua. El maté no lo tomamos con agua hervida, porque pierde su esencia, tiene que ser agua a 80 grados, antes de la ebullición”.
EMPACHO Y CAMBUCHO
La dueña de casa y encargada de venta de almuerzos para oficinas, Angélica Rojas (51), recordó algunas de las muchas recetas que le legaron su madre y abuela.
“Una clásica es la clarita de huevo batida sobre el estómago para que termine la fiebre de los niños pequeños. Me la enseñó mi mami. Cuando uno tiene esa típica tos pegada del resfrío, es bueno el papel de diario en el cuerpo y se chorrea esperma de vela en la parte de los pulmones y los bronquios, lo más caliente que resista la persona, y se le coloca una camiseta de algodón, después. Es increíble como esto suelta toda la flema. Mi mamá sacaba el empacho a las guaguas y los niños. Esta técnica no me la enseñó. En la última vértebra, echaba un poquito de crema y pescaba el cuerito, y lo tiraba y sonaba. Los niños cuando están empachados no quieren comer, los ojitos se le asientan, les pasa cuando comen algo muy pesado o cuando comen plátano. Los médicos no creen en los aires, ni en los males de ojos, pero en este tiempo hay profesionales que se están preocupando por estudiar el tema. A Santiago ya llegó, por ejemplo, la medicina mapuche, y siempre, lo natural es lo mejor, además es más barato”.
La artesana, Luisa Peralta (40) apuesta por el mítico cambucho. “En el campo, cerca de Rancagua, mi mami decía que para las heridas se usaba el agua matico para limpiarlas. También se tomaba. Era típico las aguas de yerbas. Yo todavía uso estas recetas. Para sacar el aire, se colocaba un cambucho de diario, en el oído, y si había aire, el cambucho se prendía con fuerza, claro que no es muy recomendable”.