Modos menos invasivos para eliminar los cálculos en los riñones y los uréteres

No todos los cálculos requieren intervención
En los Estados Unidos, del 10 al 15% de la población desarrolla un cálculo en algún momento de su vida , y este número está aumentando . No todos ellos requieren una intervención ( tabla 1 ).

En un paciente que presenta síntomas de obstrucción urinaria o sepsis, la decisión de intervenir es obvia. Los cálculos que obstruyen el flujo de la orina a menudo causan síntomas, debido a la distensión del uréter, la pelvis renal o la cápsula renal, con un patrón relativamente predecible y característico de dolor que se origina en el flanco y con frecuencia se irradia a la ingle, el testículo o los labios. Además. los cálculos de estruvita (coraliformes) no tratados, resultantes de una infección, pueden conducir a una sepsis que, en potencia, puede ser mortal.
Sin embargo, en los pacientes con cálculos asintomáticos, la decisión puede no ser clara. Cerca del 32% de quienes los tienen llegan a desarrollar síntomas en los siguientes 2,5 años, lo cual aumenta al 49% a los 5 años . De los aquellos que desarrollan síntomas, la mitad requerirá un procedimiento para remover el cálculo, mientras que el resto expulsará el cálculo agresor de manera espontánea .

Si queda incluso un fragmento pequeño del cálculo en el riñón, después de la cirugía o de otra intervención, se puede formar de nuevo un cálculo grande, y en última instancia, deteriorar la función de esa unidad renal. Por esta razón, la mayoría de los cálculos renales deben ser tratados, o por lo menos seguidos, para detectar signos de progresión, con estudios seriados de imagenología.

En la actualidad, aunque a algunos pacientes se les da seguimiento con estudios radiológicos de riñón-uréter-vejiga, casi todos se someten a tomografía computarizada, que tiene las ventajas de delimitar con claridad la localización y el tamaño del cálculo, y establecer la presencia de cálculos ureterales pequeños y de hidronefrosis, así como su magnitud.

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Si el paciente no presenta síntomas refractarios relacionados con obstrucción, y no hay signos de infección o de daño parenquimatoso, es razonable la observación con un seguimiento estricto. Sin embargo, la infección con obstrucción del tracto urinario, urosepsis, dolor o vómito intratables, lesión renal aguda, obstrucción en un riñón solitario o trasplantado, o cálculos que obstruyen bilateralmente, son todos indicaciones para una intervención urgente. Además, por su ocupación algunos pacientes que tienen cálculos asintomáticos deben ser sometidos a evaluación y tratamiento. Ejemplos de ello son los pilotos de aerolíneas y los soldados, en quienes un episodio de cólico renal intratable podría resultar peligroso.

Cálculos en mujeres
Las mujeres que están embarazadas o en edad fértil, y tienen un cálculo renal asintomático, no presentan un mayor riesgo de crecimiento del mismo y, por lo tanto, deben ser tratadas igual que cualquier otro paciente, excepto que para la obtención de imágenes se debe utilizar la ultrasonografía, con el fin de minimizar la exposición a la radiación. Debe ser enviada la orina para cultivo. Entre el 50 y el 80% de estas pacientes expulsarán sus cálculos de forma espontánea con hidratación y analgesia .

Se puede hacer una nefrostomía percutánea y colocación de endoprótesis ureterales (stents), si se requiere una intervención, para exponer a la paciente a la menor dosis posible de anestesia o radiación .

También se ha demostrado que la extracción ureteroscópica del cálculo en las pacientes embarazadas no ocasiona complicaciones relacionadas con el embarazo, e implica una mínima exposición fluoroscópica .

Aunque la litotricia se ha utilizado de forma inadvertida en pacientes embarazadas, su uso rutinario en estas mujeres sigue estando contraindicado .

Terapia médica expulsiva
Se puede intentar un manejo conservador, que consiste en hidratación oral o intravenosa y analgesia, en pacientes con cálculos renales cuya condición es por lo demás estable. De manera típica, la hidratación intravenosa se administra a una velocidad de mantenimiento . La analgesia se puede suministrar tanto con medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINES) como con narcóticos, aunque los AINES, en particular el ketorolaco, proporcionan el mejor control del dolor .

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