¿No Puedes Dormir? Podría Ser un Problema Digestivo
Dec. 15, 2004 Insomnia El insomnio y los problemas digestivos son compañeros de cama comunes.
Un nuevo estudio en la edición de este mes de Mayo Clinic Proceedings muestra que el síndrome de intestino irritable, la indigestión y la acidez estomacal se observan con frecuencia entre las personas con insomnio.
Tanto el insomnio como los problemas digestivos son extremadamente comunes, señala el investigador Santhi Swaroop Vege, MD, profesor de gastroenterología en la Facultad de Medicina de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.
Varios investigadores han hecho una conexión similar entre los dos, pero no han entendido bien el patrón. Ciertamente, el dolor de estómago puede causar insomnio. Y el insomnio puede causar trastornos estomacales. Además, ambos conjuntos de problemas podrían tener alguna causa subyacente común, como ansiedad, depresión u otras dificultades emocionales.
Para explorar esto más, Vege y sus colegas enviaron cuestionarios a residentes elegidos al azar en un condado de Minnesota.
La encuesta también preguntó sobre numerosos síntomas del síndrome del intestino irritable (SII), como hinchazón, gases, estreñimiento o diarrea. Otras preguntas fueron sobre problemas no digestivos, como dolor de cabeza, dolor de espalda, asma, presión arterial alta, fatiga, depresión, mareos y debilidad.
De los 2,269 residentes que respondieron, los investigadores encontraron que el 39% informó insomnio al menos una vez al mes; el 6% dijo que su insomnio era grave o extremadamente molesto.
También:
- 15% reportó dolor de estómago despertándolos del sueño
- 15% dijo que tenía SII
- 10% tenía problemas digestivos
- 13% reportó acidez estomacal frecuente
La asociación más fuerte se observó entre el insomnio y el SII.
Aquellos que también tuvieron estrés en sus vidas tuvieron el doble de probabilidades de tener insomnio, SII y acidez estomacal, pero no otros problemas digestivos, informa Vege.
Se necesita más investigación para comprender exactamente lo que está sucediendo, especialmente las interacciones entre el estrés y los problemas intestinales, dicen los investigadores.