¿Puede una Persona Divorciada que No Se Ha Vuelto a Casar Recibir la Comunión?
En tales casos, el divorcio no es pecaminoso para esa persona y puede continuar recibiendo la Comunión. Sin embargo, en otros casos—como con todos los pecados graves—una persona divorciada debe confesarse inmediatamente, antes de recibir la Comunión. Si una persona divorciada se vuelve a casar posteriormente de forma inválida, se le prohibirá recibir la Comunión mientras persista esa situación o hasta que se haya confesado y se haya comprometido a vivir castamente. El Catecismo explica:
Hoy en día hay numerosos católicos en muchos países que recurren al divorcio civil y contraen nuevas uniones civiles. En fidelidad a las palabras de Jesucristo—”El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio”—, la Iglesia sostiene que una nueva unión no puede ser reconocida como válida, si el primer matrimonio lo fue. Si los divorciados se vuelven a casar civilmente, se encuentran en una situación que contraviene objetivamente la ley de Dios. En consecuencia, no pueden recibir la Comunión eucarística mientras persista esta situación. Por la misma razón, no pueden ejercer ciertas responsabilidades eclesiales. La reconciliación a través del sacramento de la penitencia solo se puede conceder a aquellos que se han arrepentido de haber violado el signo de la alianza y de la fidelidad a Cristo, y que están comprometidos a vivir en completa continencia. (CCC 1650)
Para más información sobre este tema, vea nuestros artículos, “Ocho Cosas Que Usted Tiene Que Saber Acerca de La Enseñanza de la Iglesia Sobre el Divorcio” y “¿Cuándo Tolera la Iglesia el Divorcio?”