Rendimiento abundante
Un buen quiropráctico tardará en abrirse camino en los tratamientos y le preguntará constantemente sobre sus sentimientos y niveles de dolor durante todo el proceso de tratamiento. Un buen quiropráctico entenderá que el DOLOR es el signo de lesión del cuerpo y que algo está mal. Un quiropráctico malo se lanzará al tratamiento y no se tomará el tiempo para preguntar o escuchar sus niveles de dolor.
Un buen quiropráctico no se conformará con “sin dolor”
Una expectativa realista para el tratamiento quiropráctico es recibir ajustes durante un período de algunas semanas o incluso algunos meses.
Un buen quiropráctico no detendrá el tratamiento solo porque no tenga dolor, sino que trabajará para mejorar su salud más allá del momento en que entró para recibir tratamientos. Un buen quiropráctico trabajará para restaurar su cuerpo a la posición más saludable posible y trabajará para mejorar la fuerza de su cuerpo para una mayor prevención de lesiones sin apresurar el proceso. Un quiropráctico malo solo lo tratará por un tiempo limitado y solo estará interesado en volver a donde estaba antes y entrar y salir de su oficina lo más rápido posible.
Un buen quiropráctico utilizará múltiples tratamientos para empoderarlo
Una combinación de diferentes tratamientos puede ayudar a que su cuerpo sane de manera más eficiente.
Un buen quiropráctico lo alentará a adoptar un enfoque holístico a través de la dieta, el ejercicio, la postura y el estiramiento. Un buen quiropráctico puede sugerir acupuntura, terapia con láser, terapia con hielo y calor u otros métodos. Un buen quiropráctico también le enseñará y le dará ejercicios para su propio cuidado personal y para un lugar de salud donde no dependa constantemente de sus servicios. Un quiropráctico malo usará los mismos tratamientos una y otra vez y requerirá que los vea para sus servicios varias veces a la semana durante más de unos pocos meses.
Un buen quiropráctico te conocerá personalmente y te hará sentir cómodo
Ver a cualquier médico puede ser un proceso vulnerable de dejar que otra persona entre en tu vida.
Un buen quiropráctico se tomará el tiempo para conocerte y hacerte sentir cómodo durante todo el proceso. Debido a que el cuerpo está tan apegado a la mente y el alma, un buen quiropráctico también puede hacerte preguntas sobre tus emociones y ayudarte a restablecer tus pensamientos y actitud. Un quiropráctico malo no mostrará empatía y no establecerá una conexión personal con usted.
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El Dr. Scott Van Wilpe es el quiropráctico en el que muchas personas confían.