Riesgos y complicaciones de una operación de orejas: ¿puede afectar a mi función auditiva?
Tener las orejas “de soplillo”, despegadas o en asa puede generarnos un gran complejo. Por eso muchas personas nos preguntan si se pueden operar las orejas grandes y cuáles son los riesgos de la intervención.
Reducir las orejas grandes o mejorar su forma es posible gracias a la otoplastia. Los resultados de la cirugía estética de orejas son muy satisfactorios. Además del tamaño, la intervención permite corregir la forma de los lóbulos y algunas deformidades como una proyección notable, la ausencia de ante hélix o hélix e incluso la ausencia total de oreja.
La otoplastia es relativamente sencilla y rápida, aunque requiere anestesia y a veces surgen complicaciones. En este artículo abordamos algunos de los riesgos de una otoplastia mal hecha o de no seguir las recomendaciones del médico tras la operación.
¿Por qué se realiza la operación de orejas?
El objetivo de la cirugía plástica de orejas es remodelar o reducir el tamaño de las orejas para lograr una correcta simetría de las mismas en consonancia con el rostro y, de esta forma, mejorar la imagen y confianza del paciente intervenido.
La otoplastia está recomendada para personas de cualquier edad con orejas de tamaño excesivo, prominentes o de soplillo. La intervención es muy solicitada por adolescentes e incluso niños que acarrean complejos o problemas psicológicos y sociales por tener las orejas asimétricas o grandes. La intervención también permite solucionar otros problemas como la oreja contraída y en copa; y los lóbulos alargados o rasgados. El cirujano especialista en otoplastia incluso puede crear una oreja nueva a personas que nacen sin ella o con una deformidad (anotia y microtia), o que la han perdido por traumatismos o accidentes.
En cualquier caso, es importante que antes de la intervención el paciente explique al cirujano sus expectativas respecto a la cirugía plástica de orejas y sobre el resultado final de la otoplastia para conocer las limitaciones de la operación. En esta cita, el especialista explicará al paciente como se realizará la cirugía y los principales riesgos de la otoplastia.
Complicaciones y riesgos de la otoplastia
La otoplastia se realiza en quirófano con anestesia local o general. La intervención se considera mínimamente invasiva y segura, pero, como cualquier otro procedimiento de cirugía plástica, pueden surgir complicaciones asociadas. Aunque su porcentaje de incidencia es bajo, algunos riesgos de la otoplastia son:
- Sangrado excesivo
El paciente intervenido en una otoplastia puede sufrir sangrado excesivo durante o después de la intervención a través de incisión o por una acumulación de sangre entre la piel y el cartílago. Pese a no ser una complicación importante porque puede solucionarse de manera sencilla, los cirujanos prohíben al paciente tomar aspirinas o antiinflamatorios dos semanas antes de la intervención. A las personas hipertensas, con un mayor riesgo de sangrado, se les recomienda controlarse la tensión antes de la otoplastia.
- Infección
Aunque es poco probable, algunos pacientes pueden sufrir infecciones en la piel y en el cartílago o tener los puntos internos infectados después de la otoplastia. Este problema se soluciona con un tratamiento antibiótico bajo prescripción médica. Si aparece tejido cicatricial, puede ser necesario intervenir el área con cirugía para eliminarlo.
- Asimetría
El rostro humano es asimétrico. Por eso la corrección de orejas gracias a la otoplastia nunca es completamente simétrica ni en ubicación ni en tamaño con el fin de conseguir resultados naturales. Sin embargo, si las asimetrías son muy evidentes después de la otoplastia, será necesario realizar otra operación para corregirlas.
En casos excepcionales, pasado un tiempo el paciente puede sufrir recidivas; es decir, que la oreja vuelve a su posición inicial por un descolgamiento total o parcial de la oreja debido a que algún punto interno de la operación se ha soltado. En este caso también es necesario intervenir de nuevo.
- Insensibilidad
Tras la otoplastia algunos pacientes experimentan ausencia o exceso de sensibilidad en la zona intervenida. Puesto que el área afectada es muy pequeña, esta complicación no supone problemas graves salvo en casos de exposición al frío, cuando será necesario proteger más la oreja.
- Dolor
Aunque es poco frecuente, algunos pacientes experimentan dolor frecuente o crónico en la zona operada. Este puede reducirse administrando la medicación adecuada bajo indicación del cirujano.
- Problemas de cicatrización
Pese a ser una operación con garantías, a veces la otoplastia tiene un resultado final que no es el deseado. La cirugía apenas requiere incisiones mínimas, pero en algunos pacientes la piel o los cartílagos no cicatrizan bien. En este caso pueden aparecer cicatrices poco estéticas por su forma o tonalidad. Las personas con tendencia a formar queloides también pueden sufrir una cicatrización lenta con molestias, picores, dolor u enrojecimiento. A veces la mala cicatrización se debe a que los puntos de sutura internos son rechazados, una circunstancia poco habitual.
- Sobrecorrección
La falta de experiencia por parte del cirujano puede hacer que tras la cirugía de otoplastia las orejas queden demasiado cerca de la cabeza, tengan aspecto irregular, presenten asimetrías o no se haya corregido la deformación. De ser así será necesario realizar una nueva operación.
Nuestro consejo es que este tipo de intervenciones se realicen siempre en centros con experiencia como FEMM, donde contamos con algunos de los mejores doctores especialistas en cirugía estética de orejas.
Pérdida de audición, uno de los riesgos que más preocupan a los pacientes
Además de los riesgos de la otoplastia descritos en este artículo, a muchas personas les preocupa perder audición tras esta cirugía. En principio la otoplastia modifica la parte externa de las orejas (es decir, el pabellón auricular) pero no interviene en el canal auditivo, por lo que en principio el riesgo de pérdida de audición es prácticamente inexistente.
Aun así, cuando se modifica la concha de la oreja, la audición puede verse alterada. Por eso, antes de una intervención de otoplastia, el cirujano realizará un estudio de la anatomía del paciente para hacer una evaluación de su situación y tomar las medidas necesarias, reduciendo este riesgo al máximo.
Consejos básicos tras la operación
La recuperación tras una otoplastia es rápida y poco dolorosa y el paciente puede volver a su vida normal pasados cinco días. Las molestias o dolores pueden reducirse con analgésicos.
Los cuidados después de una otoplastia son básicos. Después de la cirugía al paciente se le pondrá un vendaje alrededor de la cabeza. El objetivo del vendaje tras la otoplastia es mantener la zona operada limpia, protegerla de golpes y brindar apoyo a la nueva posición de las orejas durante el proceso inicial de curación. Pasados unos días, las vendas se sustituirán por bandas de sujeción detrás de las orejas. El paciente debe llevarlas por la noche siguiendo las indicaciones del cirujano.
Como garantía de calidad, en FEMM nos comprometemos a realizar, como mínimo, seis revisiones post-quirúrgicas en el primer año posterior a la operación para comprobar el resultado de la otoplastia y valorar el estado de las cicatrices.
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