Seis Fundamentos para la Resiliencia Comunitaria
Los esfuerzos para desarrollar la resiliencia comunitaria a menudo se centran en aumentar la capacidad de “recuperarse” de las perturbaciones, como las causadas por el cambio climático. Pero el cambio climático no es la única crisis a la que nos enfrentamos, ni la preparación para la interrupción es la única manera de crear resiliencia. Una resiliencia comunitaria verdaderamente sólida debería hacer más. Debe involucrar y beneficiar a todos los miembros de la comunidad, y considerar todos los desafíos que enfrenta la comunidad, desde el aumento del nivel del mar hasta la falta de empleos con salarios dignos. Y debe basarse en la ciencia de la resiliencia, que nos dice cómo los sistemas complejos, como las comunidades humanas, pueden adaptarse y persistir a través de circunstancias cambiantes.
La resiliencia es la capacidad de un sistema (como una comunidad) para absorber perturbaciones y aún conservar la función y estructura básicas. Construir resiliencia significa guiar intencionalmente el proceso de adaptación del sistema en un intento de preservar algunas cualidades y permitir que otras se desvanezcan, todo mientras se conserva la esencia—o “identidad”—del sistema. En una comunidad humana, la identidad está determinada esencialmente por lo que las personas valoran sobre dónde viven. Sin embargo, lo que una comunidad de personas valora colectivamente está abierto a la interpretación y sujeto a desacuerdos. Esto sugiere que las personas, y las formas en que llegan a un consenso aproximado, están necesariamente en el centro de la construcción de resiliencia comunitaria.
Aunque ya se dispone de muchos marcos de resiliencia y herramientas para aumentar la resiliencia de las comunidades, es probable que ningún enfoque único funcione para todas las comunidades y sus variados contextos sociales y económicos. Por lo tanto, hemos identificado seis fundamentos que, en nuestra opinión, son esenciales, independientemente de dónde o cómo se emprendan los esfuerzos de fomento de la resiliencia, o qué desafíos son de mayor preocupación a nivel local. Las fundaciones apoyan la construcción de resiliencia comunitaria, en lugar de lograr la resiliencia como un objetivo fijo, para enfatizar la construcción de resiliencia como un proceso continuo.
Las seis fundaciones son:
- Gente. El poder de imaginar el futuro de la comunidad y construir su resiliencia reside en los miembros de la comunidad.
- Pensamiento sistémico. El pensamiento sistémico es esencial para comprender las crisis complejas e interrelacionadas que se están desarrollando y lo que significan para nuestras comunidades igualmente complejas.
- Adaptabilidad. Una comunidad que se adapta al cambio es resistente. Pero debido a que las comunidades y los desafíos que enfrentamos son dinámicos, la adaptación es un proceso continuo.
- Transformabilidad. Algunos desafíos son tan grandes que no es posible que la comunidad simplemente se adapte; pueden ser necesarios cambios fundamentales y transformadores.
- Sostenibilidad. La resiliencia comunitaria no es sostenible si solo nos sirve a nosotros, y solo ahora; necesita funcionar para otras comunidades, las generaciones futuras y los ecosistemas de los que todos dependemos.
- Coraje. Como individuos y como comunidad, necesitamos coraje para enfrentar problemas desafiantes y asumir la responsabilidad de nuestro futuro colectivo.