Siete Hábitos Distintivos de Pastores Altamente Efectivos
Determinar la efectividad de un pastor es un ejercicio altamente subjetivo. Si bien ciertas métricas pueden resultar útiles, no cuentan toda la historia. En ese contexto, revisé mis 40 años de servir a iglesias en una variedad de capacidades y noté varios pastores muy efectivos que conocía bien. Mi lista era larga: casi 30 pastores en total.
Dado que conocía tan bien a cada uno de estos pastores, comencé a escribir rasgos que los distinguían de la mayoría de los demás pastores. Quería saber qué los hacía funcionar; Quería saber cómo y por qué eran tan eficaces.
Hay muchas características que la mayoría de los pastores tienen: orante; comprometido con la Palabra; dedicado a sus familias; alto carácter; y otros. Sin embargo, mi interés en este ejercicio era encontrar los rasgos que los diferenciaran de la mayoría de los demás. Cuando terminé esta tarea, encontré siete características o hábitos distintivos.
- Tienen un entusiasmo genuino. No me refiero al tipo de animadora vocal. Estos pastores pueden estar callados, pero su pasión y entusiasmo por sus iglesias, sus familias y sus ministerios son evidentes en todo lo que dicen y hacen. No es un entusiasmo artificial; es real y contagioso.
- son grandes oyentes. Cuando estás cerca de estos pastores, ellos genuinamente quieren enfocarse en ti. Parecen tener poco deseo de hablar de sí mismos; preferirían escuchar sus historias. Pueden hacerte sentir muy importante porque se preocupan genuinamente y escuchan genuinamente.
- Su identidad no es su vocación. No tienen que subir una escalera percibida de éxito porque su mayor recompensa proviene de servir a Cristo de cualquier manera que Él los dirija. No tienes que preocuparte de que estos pastores manipulen la red o el sistema para su propio avance. Sus identidades están en Cristo, no en sus vocaciones.
- Son intencionales sobre el testimonio personal. Estos pastores no ven la Gran Comisión como un concepto abstracto o algo que se supone que otros hagan. Les encanta compartir el evangelio personalmente con los demás. También son muy intencionales sobre el testimonio personal.
- Tienen un amor incondicional por sus críticos. Muchos líderes, pastores incluidos, tienen una efectividad limitada porque los críticos los persiguen constantemente. Están agotados emocionalmente y a veces caminan con miedo a los críticos. Estos pastores eficaces, sin embargo, incluyen en sus vidas de oración intercesión por sus críticos. Aprenden a amarlos porque le están pidiendo a Dios que les ayude a tener ese amor.
- Tienen un espíritu suave. A menudo olvidamos que la mansedumbre es parte del fruto del Espíritu. En este mundo hipercrítico de las redes sociales, la agresión y la negatividad se han vuelto normativas, incluso en nuestras iglesias. Estos pastores, por el contrario, tienen una calma y mansedumbre que solo puede venir del Espíritu Santo.
- perseveran. El ministerio no es fácil. El ministerio de la iglesia local puede ser especialmente difícil. Hay demasiados guerreros heridos en nuestras iglesias. Desafortunadamente, la mayoría de sus heridas provienen de fuego amigo (aunque no estoy seguro de que la palabra “amigo” encaje bien en esta metáfora). Pastores altamente efectivos aguantan ahí. Claro, se lastiman. Claro, se desaniman. Pero en última instancia siguen haciendo el ministerio en el poder de Dios. Aunque es un cliché, buscan fuerza para seguir ministrando un día a la vez.
A riesgo de redundancia, permítanme recordarles que estos siete rasgos no son necesariamente los mismos que las calificaciones bíblicas de un pastor. Son, según mi investigación subjetiva, esos rasgos que los distinguen de la mayoría de los otros pastores. Son, pues, los siete hábitos distintivos de pastores altamente eficaces.
Déjame saber de ti sobre este tema.
crédito de la foto: 7 vía photopin (licencia)