Un modelo para el entrenamiento cognitivo basado en la compasión: fundamentos teóricos y mecanismos propuestos

El modelo integrador de CBCT (Fig. 2) describe las habilidades básicas desarrolladas en cada módulo CBCT. Las líneas que unen cada constructo en el modelo representan el camino mecanicista propuesto al indicar la dirección e interacción de las habilidades desarrolladas en cada módulo CBCT y su contribución a los resultados primarios: resiliencia, compasión y bienestar. El modelo integrador de CBCT se divide en dos vías principales: intrapersonal (Módulos I-III) e interpersonal (Módulos IV–VI). Las habilidades intrapersonales, centradas principalmente en las habilidades de autorregulación y autocompasión, están destinadas a conducir a una mayor resiliencia psicológica. La segunda mitad del modelo aborda las habilidades interpersonales con el objetivo de desarrollar compasión extendida por los demás. Este modelo propone que ambas vías se apoyen mutuamente y contribuyan a mejorar el bienestar. Véase la Tabla 2 para las definiciones de cada construcción en el modelo. En la construcción del modelo integrador de CBCT, se hicieron varias suposiciones: (1) Los módulos de CBCT se enseñan de forma lineal, pero las habilidades desarrolladas se refuerzan mutuamente y se integran tanto conceptualmente como a través de la práctica; (2) las habilidades y los resultados de CBCT se pueden fortalecer con la práctica continua de acuerdo con el proceso propuesto de adquisición de habilidades (Fig. 1); y 3) La competencia en las habilidades desarrolladas en los Módulos I y II es fundamental para la participación en prácticas analíticas (Módulos III a VI) y cada uno contribuye a los resultados principales: resiliencia y compasión.

Fig. 2
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Modelo integrador de CBCT

Tabla 2 Habilidades y resultados de CBCT

Una descripción general de cada habilidad incluida en el modelo integrador de CBCT se puede encontrar en la siguiente sección.

Habilidades de práctica fundacional: cebado de seguridad y motivación pro-social

La práctica del momento nutritivo tiene dos funciones importantes como práctica fundacional de CBCT. El cebado de seguridad—la capacidad de generar sentimientos de seguridad y comodidad, está destinado a preparar a los participantes para el aprendizaje al generar un sentido de seguridad y apertura. Dentro del dominio de la teoría del apego (Bowlby 1982), el apego seguro se asocia con una mayor apertura y flexibilidad cognitiva (Collins y Read 1994; Mikulincer 1997). La práctica fundamental debe permitir a los participantes ser más fáciles de generar voluntariamente una sensación de calma interior. En el modelo integrador de CBCT, la capacidad de inducir volitivamente sentimientos de seguridad se considera crítica para el desarrollo de una mayor resiliencia.

En segundo lugar, la práctica fundamental está destinada a fortalecer la motivación pro-social al recordar a los participantes el valor de la compasión como base para desarrollar y fortalecer la motivación pro-social. La literatura anterior apoya que el cebado de seguridad promueve sentimientos y comportamientos orientados al cuidado (Mikulincer et al. 2005, 2014). La motivación pro-social desarrollada en la práctica fundacional tiene la intención de permitir que los participantes se involucren más enérgicamente en el cultivo de la compasión a través de los seis módulos posteriores. Por lo tanto, la práctica fundacional sirve de base para el desarrollo de habilidades tanto intrapersonales como interpersonales, como se describe en el modelo integrador de CBCT.

Habilidad del módulo I: control de atención

El control de atención mejorado en el Módulo I se considera una habilidad crítica aplicable a todos los demás módulos CBCT. El control de atención se refiere a la capacidad de mantener la atención en un objeto de enfoque previsto mientras nota distracciones y regresa repetidamente al objeto de enfoque previsto. Hay una sólida serie de investigaciones que demuestran que la práctica de la meditación de atención plena (de la cual el entrenamiento de la atención es típicamente un componente central) puede mejorar la estabilidad de la atención, incluidas mejoras en el funcionamiento de la respuesta de alerta y la atención ejecutiva (Jha et al. 2007; Tsai y Chou 2016; van den Hurk et al. 2010).

Habilidades del módulo II: meta-awareness y desreificación

En el Módulo II, los participantes obtienen una visión de la naturaleza impermanente de los pensamientos y emociones al observar su actividad mental en desarrollo a través de un proceso de meta-awareness. La meta-conciencia se ha definido como la capacidad de observar el contenido actual de la experiencia consciente de uno (Schooler 2002; Smallwood and Schooler 2015). Esta definición es consistente con las concepciones budistas Indo-tibetanas de la meta-conciencia, como se detalla más elaboradamente en Abhidharma–Samuccaya (Asaṅga y Webb 2001). Notar cuando la mente de uno se ha extraviado implica procesos de meta-conciencia. Varios estudios han demostrado que muchas personas no reconocen cuando su atención se ha desviado y solo participan en la meta-conciencia de forma intermitente (Schooler 2002; Schooler et al. 2011; Winkielman y Schooler 2011). Una segunda habilidad relacionada asociada con el Módulo II es la desreificación, a veces conocida como descentramiento (Williams 2010). La desreificación es la capacidad de experimentar los pensamientos como solo pensamientos y no necesariamente representaciones precisas del mundo; por lo tanto, la práctica del módulo II a menudo se describe como un proceso de no evaluación (Lutz et al. 2015). Tanto la meta-conciencia como la desreificación se consideran dimensiones centrales de las prácticas de monitoreo abierto (Lutz et al. 2015; Lutz et al. 2008b). El módulo I y el módulo II juntos proporcionan herramientas a través de prácticas del momento presente que apoyan el proceso propuesto de adquisición de habilidades de CBCT (ver Fig. 1).

Módulo III habilidad: autocompasión

La autocompasión es una construcción floreciente dentro de la literatura psicológica (Neff 2015). Neff y sus colegas que desarrollaron la Escala de Autocompasión definen la autocompasión como relacionarse con uno mismo con amabilidad, especialmente en tiempos de dificultad o sufrimiento personal (Neff 2003). Si bien esta definición es similar a la concepción de autocompasión de CBCT, CBCT enmarca la autocompasión como una habilidad para fomentar la resiliencia y como un componente importante para apoyar el cultivo de la compasión por los demás en los Módulos IV a VI. Por esta razón, la autocompasión se posiciona como una habilidad moderadora en el modelo integrador de CBCT, mientras que la compasión por los demás se considera un resultado primario de la capacitación de CBCT. El CBCT define la autocompasión como la capacidad de relacionarse con las dificultades personales a la luz de la realidad de que todas las personas experimentan adversidades, limitaciones y vulnerabilidades. La autocompasión no solo se ve como una habilidad para promover la felicidad personal, sino que se enmarca dentro de un contexto relacional. Al cultivar la confianza para poder experimentar situaciones difíciles sin abrumarse, esperamos que el participante sea más capaz de responder al sufrimiento de los demás con mayor compasión. Investigaciones anteriores han demostrado una fuerte asociación negativa entre la autocompasión (medida por la Escala de Autocompasión) y varios marcadores de psicopatología, incluida la depresión, la ansiedad y el estrés (para obtener información general, consulte MacBeth y Gumley 2012). Un metaanálisis reciente también destacó asociaciones significativas entre la autocompasión y el bienestar psicológico (Zessin et al. 2015). Sin embargo, la investigación sobre la asociación entre la autocompasión y la compasión por los demás ha tenido hallazgos mixtos que justifican una investigación adicional (Lopez et al. 2018; Neff y Pommier 2013). Es importante destacar que en el modelo integrador de CBCT, se entiende que el desarrollo de la autocompasión y el desarrollo de la compasión por los demás se apoyan mutuamente.

Módulo IV habilidad: identificación

El módulo IV es el primer módulo de la secuencia CBCT que aborda explícitamente las relaciones con los demás. La habilidad principal desarrollada en el Módulo IV es un sentido más inclusivo de identificación con los demás. Los participantes cultivan la idea de que todos, incluso las personas difíciles, son “como yo” en su deseo de bienestar. La práctica del módulo IV está destinada a suavizar los sentimientos de agrado o desagrado extremo para ciertos individuos o grupos. En el modelo integrador de CBCT, el reconocimiento de la humanidad común—que todos comparten el deseo de prosperar y evitar el sufrimiento—es la base para el cultivo de la compasión extendida.

La identificación se ha relacionado previamente con una mayor probabilidad de participar en un comportamiento de ayuda. Por ejemplo, la investigación experimental de Levine y sus colegas encontró que las personas son significativamente más propensas a detenerse y ayudar a alguien que usa una camiseta que apoya a su equipo deportivo favorito que una camiseta sin marcar o de grupo rival (Levine et al. 2005). En el modelo integrador de CBCT, la identificación se entiende como un bloque de construcción para relacionarse con los demás con afecto.

Habilidad del módulo V: gratitud

El propósito del Módulo V es profundizar el sentido de gratitud hacia los demás. La gratitud se ha asociado previamente con una serie de beneficios positivos para la salud que incluyen una mejor calidad del sueño, disminución de la depresión y bienestar general (Wood et al. 2009, 2010). La gratitud también se asocia con una mayor afiliación social (Bartlett et al. 2012) y comportamiento prosocial (Bartlett y DeSteno 2006; Tsang y Martin 2019). Si bien los beneficios de la gratitud están bien documentados, todavía hay una comprensión limitada con respecto al proceso de cómo se puede cultivar la gratitud; sin embargo, la evidencia modesta apoya que el diario y la reflexión pueden proporcionar un medio para aumentar la gratitud (Emmons y McCullough 2003; Frías et al. 2011; Sheldon y Lyubomirsky 2006).

En el Módulo V, los participantes se involucran en estrategias reflexivas para extender los sentimientos de gratitud a los demás. Al considerar las formas en que se basan en sistemas sociales interdependientes, el Módulo V alienta a los participantes a ver que no tiene sentido limitar la apreciación solo a pequeños grupos de personas que proporcionan el beneficio más obvio. En el modelo integrador de CBCT, se asume que si uno siente un sentido de gratitud por otro, entonces uno naturalmente comenzará a relacionarse con esa persona con mayor afecto, un ingrediente crítico para la compasión.

El afecto y su papel en los Módulos IV y V

En el modelo integrador de CBCT, la identificación y la gratitud tienen como objetivo mejorar el cultivo del afecto por los demás. En este caso, el afecto se está utilizando para traducir la palabra tibetana “yid – ‘ong”, que transmite a alguien que es agradable a la mente (para una descripción más detallada, vea Cutler y Newland 2015). Bajo esta definición, el afecto no debe confundirse con sentimientos de amor romántico. Más apropiadamente, el afecto se puede entender como una forma entrañable de relacionarse con los demás caracterizada por un sentido de ternura. En el modelo integrador de CBCT, el afecto es el ingrediente más crítico para permitir que surja la compasión. Si uno no se relaciona con otro con algún grado de afecto, entonces uno no estará motivado para responder a ellos compasivamente. Si bien es probable que los participantes se relacionen con algunos amigos y familiares con cierto grado de afecto, las prácticas de CBCT tienen como objetivo extender esta calidad de afecto a un círculo más amplio de personas a través de procesos de pensamiento crítico y reformulación cognitiva. Este énfasis en la reflexión cognitiva como camino hacia el afecto contrasta con las nociones occidentales comunes de afecto como estado impulsado principalmente por las emociones. Ambos Módulos IV y V cultivan ideas para permitir esta extensión del afecto como una consecuencia natural de la relación con los demás con mayor identificación y gratitud.

Habilidad del módulo VI: empatía

La empatía es la experiencia de resonar o comprender la forma en que otra persona piensa o siente. Hay pruebas sólidas de que los sentimientos de empatía pueden llevar a una respuesta de angustia personal o preocupación empática (Batson et al. 1994; Decety et al. 2009; Eisenberg 2000; Eisenberg et al. 1989). Una respuesta de angustia empática resulta cuando uno se angustia emocionalmente en respuesta al sufrimiento de otro; en este caso, la atención se orienta más hacia uno mismo que hacia la persona que sufre. En contraste, una respuesta de preocupación empática sigue orientada al otro; en este caso, uno siente una sensación de preocupación por el otro y permanece enfocado en su situación. Por lo tanto, la preocupación empática puede provocar y mantener una motivación para ayudar. Los avances más recientes en neurociencia afectiva han mostrado diferencias distintivas en los patrones de circuitos neuronales cuando alguien experimenta una respuesta de angustia empática versus una respuesta de preocupación empática (Singer y Lamm 2009). En el modelo integrador de CBCT, el afecto desarrollado en los Módulos IV y V se propone como un medio para fortalecer el enfoque en el otro cuando se enfrenta al sufrimiento y para amortiguar la probabilidad de una respuesta de angustia empática. Proponemos que cuando uno se relaciona con otro con mayor afecto, uno estará más enfocado en su sufrimiento y en cómo puede aliviarse y no ser subsumido por la propia respuesta al estrés. Este punto de vista es consistente con la investigación de Batson y sus colegas que mostraron valorar el bienestar de los demás como antecedente de la preocupación empática. En el modelo de Batson, la preocupación empática se basa en percibir las necesidades de otro, valorar su bienestar y tomar su perspectiva(Batson et al. 2007).

Es importante tener en cuenta que los méritos de la empatía han sido debatidos entre psicólogos, especialmente Paul Bloom, quien argumenta que por quién sentimos empatía a menudo es parcial y miope, lo que puede conducir a la toma de decisiones inmorales (Bloom 2017). Reconocemos la importancia de esta crítica; es por esta razón que la práctica en el Módulo IV: Cultivar la imparcialidad, en el que los participantes desarrollan una mayor identificación con los demás, es de importancia crítica para cultivar una compasión extendida que esté menos sujeta a prejuicios predispuestos.

Resiliencia

En el modelo integrador de CBCT, se espera que las habilidades desarrolladas en la práctica fundamental y los Módulos I a III mejoren la resiliencia individual. La resiliencia se ha estudiado en una variedad de disciplinas y contextos, incluyendo la psicología (Fletcher y Sarkar 2013; Rutter 1987), la sociología (Hall y Lamont 2013) y la ecología (Holling 1973). Si bien las definiciones varían, en el contexto del modelo integrador de CBCT, nos referimos principalmente a la resiliencia para considerar los rasgos y procesos psicológicos que mejoran la capacidad de una persona para recuperarse, adaptarse y, en última instancia, crecer en respuesta a experiencias de vida adversas. En el entrenamiento de CBCT, el cebado de seguridad cultivado en la práctica fundamental se puede usar como una herramienta para regular el cuerpo cuando está excitado o angustiado. Luego, la atención cultivada en el Módulo I tiene la intención de fomentar la capacidad de los participantes para elegir dónde colocar su atención, liberándose potencialmente de pensamientos que distraen o dañan. Las habilidades del Módulo II ayudan a los participantes a observar su propia actividad mental a través del uso de la meta-conciencia. Además, la práctica del Módulo II está destinada a conducir a una percepción más precisa y granular de los pensamientos y sentimientos de uno, así como a la comprensión de que los pensamientos no necesariamente se alinean directamente con las realidades externas. La práctica del Módulo III va un paso más allá al pedir a los participantes que participen activamente en estrategias de reevaluación cognitiva para responder a sus propios desafíos con amabilidad y autoaceptación basadas en la comprensión de que los eventos adversos son parte de toda vida humana y se deben a muchas causas y factores fuera del control total del individuo. En conjunto, las habilidades cultivadas en la práctica fundamental y los Módulos I a III tienen por objeto permitir a los participantes responder a los desafíos con mayor resiliencia.

Es importante destacar que las habilidades identificadas en el modelo integrador de CBCT para promover la resiliencia se limitan a los componentes directamente dirigidos a la capacitación de CBCT. El modelo no pretende reflejar una lista exhaustiva de factores que pueden promover la resiliencia. Por ejemplo, la literatura anterior sugiere que la resiliencia está moderada por otros factores psicológicos que el modelo propuesto no aborda directamente, como la autoeficacia (Schaubroeck y Merritt 1997) o el afecto positivo (Tugade y Fredrickson 2004), aunque es probable que estos dos factores en particular sean alentados por las prácticas de CBCT de maneras secundarias. Además, se sabe que los sistemas y estructuras más grandes relacionados con el estatus económico, el medio ambiente, las normas culturales y las leyes y políticas afectan significativamente la resiliencia personal y social (Bottrell 2009; Hall y Lamont 2013; Walker et al. 2006). Estos hallazgos son consistentes con las teorías ecológicas sociales que ilustran las formas en que el comportamiento está sujeto a múltiples niveles de influencia, incluyendo social, comunal, organizacional, social y personal (Bronfenbrenner 1977; McLeroy et al. 2016). De acuerdo con este punto de vista, no apoyamos que la resiliencia se pueda entender simplemente como un rasgo intrapersonal separado de factores como el apoyo social, la cultura o el nivel socioeconómico. Reconocemos que los factores sociales y sistémicos son de importancia crítica para la promoción y el apoyo de la resiliencia, pero están fuera del alcance de los factores intervinientes que se abordan explícitamente en los Módulos I a III de la capacitación en CBCT.

Compasión

Se espera que las habilidades desarrolladas en los Módulos IV–VI aumenten la compasión extendida hacia los demás. Se espera que la identificación (desarrollada en el Módulo IV) y la gratitud (desarrollada en el Módulo V) contribuyan a un sentido de afecto hacia un grupo más amplio de personas. Este sentido de afecto se combina con una creciente conciencia de las vulnerabilidades de los demás a través de una mayor empatía (desarrollado en el Módulo VI). Como tal, los tres últimos módulos entrenan a los participantes para que noten el sufrimiento de los demás y se sientan motivados para ayudar como resultado de un afecto mayor y más inclusivo. De esta manera, las habilidades desarrolladas en los Módulos IV a VI son potencialmente favorables a formas de resiliencia social, que se define como la capacidad de los grupos para mantener el bienestar frente a los desafíos (Hall y Lamont, 2013). El módulo V capacita explícitamente a los participantes para que consideren las formas en que su bienestar depende de otras personas y sistemas, a menudo denominado “interdependencia”.”Esperamos que una mayor conciencia de su naturaleza interdependiente combinada con una motivación para ayudar pueda fomentar formas de resiliencia social al empoderar a las personas para que aprecien las formas en que sus acciones pueden afectar a las comunidades en las que viven. Por lo tanto, si bien la CBCT es una intervención dirigida a las personas, los esfuerzos para expandir la compasión a las redes en crecimiento podrían tener implicaciones sociales y sociales.

Bienestar

En el modelo integrador de CBCT, el bienestar se concibe como un estado de salud psicosocial positiva que se apoya en habilidades intrapersonales que fomentan la resiliencia y las habilidades interpersonales que mejoran la compasión por los demás. Proponemos que ambas vías promuevan el bienestar y se apoyen mutuamente. Como se indicó anteriormente, la participación en la TCC se ha asociado con reducciones en el estrés y la depresión (Desbordes et al. 2012; Mascaró et al. 2016). Una posible explicación de este hallazgo es que si una persona se siente mejor equipada para responder a los desafíos personales, entonces debe tener más energía disponible para considerar las necesidades de los demás. Del mismo modo, esperamos que relacionarse con los demás con compasión promueva sentimientos de conexión social que apoyen la resiliencia. Esta conceptualización del bienestar comparte algunas similitudes con otros modelos de bienestar. Por ejemplo, el marco de bienestar psicológico de Ryff incluye construcciones como la autoaceptación y las relaciones sociales positivas (Ryff 1989, 2014). Hay fuertes correlaciones entre la autocompasión y el bienestar psicológico (Zessin et al. 2015), aunque se sabe menos sobre la relación entre la compasión por los demás y el bienestar. López et al. no encontró una asociación significativa entre la compasión por los demás y el bienestar (2018), sin embargo, se ha demostrado previamente que el entrenamiento de compasión aumenta el afecto positivo (Klimecki et al. 2013) y la felicidad autoinformada (Mongrain et al. 2011). Se necesita más investigación para delinear mejor la relación entre la resiliencia, la compasión por los demás y el bienestar.

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