Régimen comunista tardío
Ascenso de Todor Zhivkov
Después de convertirse en primer ministro en 1962, Zhivkov continuó ocupando los cargos de jefe de Estado y jefe de partido hasta 1989. Un intento de golpe de estado dirigido por el general Ivan Todorov-Gorunya en 1965 fue fácilmente sofocado, y Zhivkov logró constantemente purgar o socavar a los líderes del partido considerados como rivales potenciales. Durante la era del ascenso de Zhivkov, Bulgaria modeló sus políticas internas sobre las de la Unión Soviética, con tratados a largo plazo que vinculaban el desarrollo económico de Bulgaria con el de los soviéticos. Bulgaria concede la máxima prioridad al progreso científico y tecnológico y al desarrollo de aptitudes comerciales apropiadas para un estado industrial. En 1948, aproximadamente el 80 por ciento de la población vivía del suelo, pero en 1988 menos de una quinta parte de la fuerza de trabajo se dedicaba a la agricultura, y el resto se concentraba en la industria y el sector de servicios.
En la década de 1960 Bulgaria había abandonado el aislacionismo que caracterizaba el período Chervenkov. Aunque se mantuvo firme en sus compromisos con el Pacto de Varsovia y el Caem, Bulgaria mejoró las relaciones con sus vecinos de los Balcanes, en particular Grecia, y amplió sus relaciones económicas y culturales con la mayoría de los Estados occidentales. Sin embargo, las relaciones con Yugoslavia siguieron siendo tensas por la persistencia de la cuestión macedonia. En 1979 Bulgaria propuso un tratado con Yugoslavia que garantizaría la inviolabilidad de las fronteras establecidas después de la Segunda Guerra Mundial; sin embargo, esta propuesta fue rechazada debido a la negativa de Bulgaria a admitir la existencia de una nacionalidad macedonia distinta. Desde el punto de vista búlgaro, tal admisión iría en contra de la realidad histórica y legitimaría los reclamos yugoslavos sobre la región de Pirin.
Durante la década de 1970 se desarrolló la preocupación por la baja tasa de natalidad de la población de etnia búlgara, y se adoptaron políticas para alentar a las familias más numerosas, pero sin efecto aparente. A finales de 1984, el gobierno comenzó una importante campaña para “Bulgarizar” o asimilar a los turcos étnicos del país. Entre las medidas destinadas a la población turca, que se estima en unas 800.000 personas, cabe mencionar la interrupción de las publicaciones y emisiones de radio en turco y el requisito de que los turcos adopten nombres búlgaros.
La población de origen turco, sin embargo, se resistió a la asimilación, y continuaron los enfrentamientos con las autoridades. A pesar del acoso oficial, se formaron grupos independientes de derechos humanos en defensa de los turcos. En 1989, cuando el gobierno de Turquía se ofreció a aceptar refugiados de Bulgaria, más de 300.000 turcos étnicos huyeron o fueron expulsados por la fuerza del país por las autoridades comunistas.
La era de reformas iniciada por Mijaíl Gorbachov en la Unión Soviética tuvo un gran impacto en Bulgaria, inspirando mayores demandas de apertura y democratización. El aumento de disidentes búlgaros, una situación económica en declive y rivalidades internas del partido llevaron a los colegas de Zhivkov a forzar su renuncia el 10 de noviembre de 1989. Más tarde fue juzgado, sentenciado y encarcelado por malversación de fondos.