Estamos un paso Más Cerca del Crecimiento de Órganos Corporales de Reemplazo

Los científicos acaban de dar un paso significativo hacia el objetivo de cultivar órganos humanos de reemplazo al identificar que una proteína llamada Meox1, que se encuentra en las células madre, es fundamental para promover el crecimiento muscular.

Descubrir cómo cultivar nuestros propios órganos de reemplazo traería una revolución en la salud. Pondría fin a la desesperada cuerda floja de la vida en las listas de donantes de órganos, salvando las vidas de miles de personas cada año que no pueden someterse a un trasplante de órganos o que mueren mientras esperan uno.

Investigadores de la Universidad de Monash en Australia encontraron el vínculo estudiando el pez cebra, pequeños peces de rápido crecimiento que son nativos del sudeste asiático y que a menudo se usan como modelo para los seres humanos debido a nuestras similitudes biológicas.

Al igual que nosotros, el pez cebra tiene dos ojos, una boca y un cerebro, además de músculos, sangre, huesos y dientes. Tanto los humanos como el pez cebra tienen muchos de los mismos órganos, incluidos un riñón y un corazón, y el 70 por ciento de los genes humanos también se encuentran en el pez cebra.

Ahora, estos peces cebra han revelado algunos de los secretos de cómo funcionan las células madre y el Meox1.

“Antes de nuestro trabajo en este campo, ni siquiera sabíamos que existían estas células madre específicas para el crecimiento o cómo se usaban”, dice el investigador principal Peter Currie. “El solo hecho de saber que existen nos lleva a la posibilidad de orquestarlas, controlarlas o reactivarlas para regenerar el tejido dañado.”

Los científicos han estudiado durante mucho tiempo el crecimiento de órganos en condiciones de laboratorio, pero la forma en que las células madre producen tanto tejido vivo en el cuerpo sigue siendo un misterio, y hasta que eso se resuelva, no podremos cultivar nuestros propios órganos de reemplazo.

El estudio encontró evidencia de deriva clonal en el pez cebra, lo que significa que las células madre no se dividían y crecían al azar, sino que empujaban hacia adelante un pequeño número de células madre clonadas para ayudar a los músculos a crecer.

En otras palabras, solo se utilizan unas pocas células madre específicas para cultivar la mayor parte del tejido orgánico requerido, y Meox1 está ayudando a recoger esas células.

Todavía estamos lejos de ser capaces de hacer crecer corazones e hígados en el laboratorio a pedido tan pronto como alguien los necesite, pero los científicos ahora tienen una mejor comprensión de cómo nuestros engranajes moleculares podrían estar cambiando y zumbando para producir más tejido dentro del cuerpo.

Este proceso de cómo el crecimiento de los órganos se regula por las células madre es “una de las últimas fronteras de la biología del desarrollo”, dicen los investigadores.

Más adelante, arrojar luz sobre estos mecanismos también podría ayudarnos a combatir el daño al cuerpo causado por enfermedades como el cáncer.

Los científicos están haciendo un progreso constante en este campo: el año pasado, investigadores de los Estados Unidos lograron regenerar con éxito el tejido cardíaco humano en funcionamiento, aunque todavía utilizando células de un órgano donado. Ahora estamos un paso más cerca, gracias al pez cebra.

La investigación se ha publicado en Cell Stem Cell.

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